Aula de clases… / Andrea Manjarrez Ocaña
Dentro de nuestro sistema universitario para gusto o disgusto de muchos, existen puntos a favor y en contra con respecto a sus normas. Pero acaso ¿esto debe intervenir en el ambiente educativo?, totalmente falso, de hecho la relación docente, estudiante, debe estar al margen, simplemente acatarlos, para lograr una gratificante educación.
Un aula de clases significa, aprendizaje con diversión y cumplimiento con responsabilidad, pero todavía existen desfases en este tema, maestros que dedican su vida a la enseñanza y actualizan sus conocimientos para llegar con más facilidad al estudiante, y aquellos que aún permanecen en el pasado, viven del recuerdo de una educación prepotente e imponente, donde lo estricto se mal entendía como maldad, violencia, y que a pesar de ser un mala estrategia formó profesionales con un alto nivel de conocimientos, “Si no es por las buenas, es por las malas”, “se decía en mis tiempos”, son de las frases que en ocasiones se escuchan de boca de maestros que quizá son mal llamados caducos, porque sin duda tienen conocimientos magníficos que valen la pena ser impartidos, lo único que los jóvenes anhelamos es que la manera de dictar una cátedra sea acoplada a este tiempo, quizá he ahí el problema de la falta de interés del alumno y parte de su irresponsabilidad.
El facilismo y el libertinaje tampoco pueden ser ingrediente de la educación actual, y el hecho de que existan los que poseen estos antivalores provocan un caos; se han olvidado que la comunicación también es parte fundamental, que el vínculo debe ser más que formal, debe ser cordial, afectuoso, porque el maestro debe ser un amigo, un apoyo. La idea para mejorar el sistema seria llegar a un acuerdo mutuo entre docente y aprendiz de mejoramiento en su desempeño, si el maestro se compromete a amenizar, enseñar y comprender, y el estudiante a respetar, aprender y cumplir, no habría cabida para lo malo solo para lo bueno dentro de Un aula de clases…(O)