Niños, inocencia y amor / Editorial
Todos fuimos niños alguna vez; pequeños inocentes que nuestra única preocupación era ensuciarnos en el lodo, jugar con juguetes y lloriquear para sacar de quicio a nuestros padres. Pero a más de tener una corta edad cuando uno nace y comienza a crecer, la niñez representa una etapa importante en nuestra vida en la que nos enfrentamos al mundo primera vez.
Es un periodo de formación emocional, física y académica que, a la larga, servirá para llegar a una adultez y vejez sana, habiendo superado cualquier obstáculo en nuestro largo trayecto.
Los niños son esa luz de cada hogar donde su inocencia debe ser cuidada a plenitud sin obligarlos a realizar actividades laborales, algo que está tipicado en el Código de la Niñez y Adolescencia. Un núcleo familiar bien formado, con valores esenciales a la medida que los infantes van creciendo, será positivo para tener seres de bien.
Es deber de los padres de familia velar por sus hijos cuando son pequeños, sobre todo brindar amor a ese ser que necesita siempre esa figura paterna y materna para tener como ejemplo a seguir. Por eso, este día debe ser celebrado con amor, respaldando al pupilo del hogar con cariño y gozo familiar. No solo un regalo material hace feliz a un niño, sino también una sonrisa y un fuerte abrazo bastará para decirle feliz día del niño. (O)