Jorge Isaac Sánchez Pico: El médico de cuerpo y alma

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La trayectoria destacada del doctor Jorge Sánchez Pico llegaron a la memoria de los hijos Lenin Fernando, Alexis Reinaldo y Mercedes Amelia durante el homenaje a su padre. (Foto El Heraldo)


La conmemoración del centenario del natalicio del doctor Jorge Isaac Sánchez Pico se cobijó de recuerdos, vivencias, el abrazo cálido y el saludo efusivo entre familiares, amigos y pacientes, ayer.

Los invitados recibieron el cordial saludo de los familiares del destacado ambateño a penas a unos pasos de ingresar al auditorio del Gobierno Provincial. A la entrada estaba la mesa con la fotografía del hombre, del político, del amigo, del padre, del hijo, del esposo que vivió el exilio (julio 1963-mayo 1966) y los invitados tuvieron la oportunidad de expresar sus sentimientos, “felicidades y gracias por dejar el legado de servicio y humanidad”, “seguimos su huella querido camarada”, “felicidades en este grandioso día. El legado del Dr. Jorge Sánchez brille por siempre en nuestras mentes”.

Los invitados iban tomando su lugar, entre ellos autoridades locales; y, el programa comenzó con el llamado de los hijos Mercedes Amelia, María Eugenia, Martha Cecilia, Jorge Isaac, Lenin Fernando y Alexis Reinaldo para que se ubiquen en el escenario y compartir la historia de su padre.

Los hijos empezaron con la remembranza del ciudadano solidario, del padre afectivo y hombre lleno de gratitud sincera a la vida. Tuvieron el tiempo para expresar las fases cronológicas y señalaron los hitos que marcaron su permanencia en la sociedad. A detalle elaboraron la semblanza y pusieron la mayor objetividad para que los asistentes puedan sentir de alguna manera la calidez de su presencia.

La lectura de la semblanza iba acompañada de fotografías en blanco y negro, que invitaban a la profundidad de la palabra expresada por sus hijos. Muy atentos permanecieron los invitados incluso para escuchar el poema dedicado a Jorge Isaac Sánchez Pico por parte de Pepe Regato. La intensidad de los aplausos era el denominador común durante la conmemoración.

Pero que expresa Nora Sánchez Luzardo, una de las 15 nietas, “nosotros vivíamos en la casa posterior siempre llegábamos de la escuela, dejábamos las maletas y salíamos corriendo al consultorio. Él siempre se encontraba allí, con su batita y nos sentábamos y nos contaban sus historias de sus viajes y juventud. Nos dejó las ganas de viajar y conocer; y, nunca dejar de explorar. Era un hombre muy amable y amoroso”. 

“La utopía despertará mañana, real y poderosa, para felicidad de esta sufrida humanidad”. (JISP). (I)

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