Las lecciones de las elecciones / Ec. Mg. Diego Proaño
Culminado el proceso electoral, conociendo los resultados y en etapa de impugnaciones que difícilmente cambiaran los resultados hasta el momento dados, a electores y candidatos, nos queda varias lecciones: Primero. Por más democracia qué signifique la total libertad de ser aspirante a un cargo de elección popular, no es posible que haya 80.000 candidatos para apenas 6.000 cargos públicos, es decir 12 aspirantes por dignidad. Segundo. Es irónico e insultante en un país como el nuestro en plena austeridad, asignar 100 millones de dólares de fondos públicos en una elección, pero paralelamente desvincular y mandar a la desocupación a casi 12.000 funcionarios públicos en 2 meses, para ahorrar 150 millones de usd y a otros cuantos reducirles sus salarios, por austeridad del gasto público.
Tercero. Haber decenas de miles de candidatos, pero cero debates técnicos para que la ciudadanía conozca propuestas, planes y cómo las cumplirán, la mayoría al parecer no conocían las competencias que el cargo al que aspiraban tenia y que consta en el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización COOTAD. Cuarto. Se desperdició la gran herramienta de las redes sociales, porque más qué para promocionar planes de candidatos, sirvieron para atacar a rivales políticos, desprestigiar a sus familias y nada más. Quinto. La figura de partidos políticos independientes cada vez pierde más peso en la política ecuatoriana, la mayoría de triunfadores, lo hicieron acordando alianzas entre agrupaciones, locales, regionales y nacionales, lo que significa que los partidos políticos por sí solos, ya no representan mucho peso en las elecciones, por tanto sus doctrinas de pensamiento se quedan en nada frente al electorado.
Sexto. La mayoría de candidatos demostraron desconocer las reales necesidades de sus ciudadanos, sus ofrecimientos solo eran coyunturales, clientelares, no de fondo que busque una sostenible y sustentable mejora en la calidad de vida de la población. Séptimo. En muchos casos los candidatos de a pie, que hacían su campaña en las calles, plazas, mercados, barrios, casas, resultaron triunfadores, su mensaje y campaña austera, sencilla y práctica, llegó con más impacto en el público, de paso no se sometieron a esa burbuja ficticia de las redes sociales, ni se expusieron a insultos. Octavo. Tremendo error de varios candidatos, creer desde el inicio, qué tenían mucha aceptación del electorado y seguro ganarían las elecciones, desestimaron a otros que daban nulas posibilidades (Alcaldía de Cuenca), entre tantos candidatos concentrados en una sola zona, se repartió el pastel electoral con menos votos cada uno, no alcanzo a unos y otros ganaron con muy poco (Alcaldía de Quito, Prefectura de Tungurahua).
Estas son algunas de las lecciones que nos dejaron las últimas elecciones. ¿Falta liderazgo político?, ¿por qué tanto candidato?, ¿miles de indecisos?, ¿pocas propuestas? ¿Votos de rechazo, triunfalismo, expectativa, de cambio? Como entender todo esto. Ojalá aprendamos la lección. (O)