Salud mental para paramédicos

Ciudad

Paramédicos y conductores de ambulancia llaman a la reflexión y el autocuidado  (Foto ilustrativa El Heraldo)


Ha transcurrido más de un año de un trabajo arduo e imparable que los profesionales de atención prehospitalaria (quienes trabajan en las ambulancias o unidades móviles de atención en salud) y en la actualidad se hace visible indiscutiblemente signos de agotamiento ante la sobrecarga laboral actual.

Óscar Pérez, ex responsable provincial de salud mental y ex director de salud, mencionó que esta condición se denomina síndrome de ‘Burn out’ y está caracterizado por: falta de motivación, malhumor, irritabilidad, desesperación, desesperanza, desgaste físico, dolores de cabeza, dolores musculares y contracturas, agotamiento e insomnio, somatizaciones, entre otros.

“Al no ser abordados, estos problemas, pueden desencadenar en patologías profundas y complejas en su tratamiento. Por ello, que se deben generar estrategias de manejo y fortalecer los mecanismos de afrontamiento en conjunto de las capacidades de resiliencia, ya que viven en constante presión con la responsabilidad de vidas humanas en sus manos”, enfatizó.

Para Luis Alfredo Masabanda, Alfa 12, una de las vivencias más fuertes fue que en una sola guardia se transportaban más de dos pacientes COVID de alto riesgo, argumentando que “es difícil no sentirse temeroso”. Además, subir hasta un tercer o cuarto piso a un paciente con saturación baja es desesperante. “La gente sale a la calle, no se cuida. El hospital Regional está desbordado ya no hay donde trasladarlos”, agregó.

Una historia similar palpa diariamente Miguel Vallejo, tecnólogo paramédico del Ministerio de Salud, quien contó en su experiencia que al principio tenía temor como todos. “En ese tiempo fui designado como el primer paramédico que asistió en Tungurahua para llevar los primeros pacientes al Hospital. De manera improvisada, fuimos presa del desconocimiento y temblaba al colocarme el traje”, relató.

Oscar García, otro integrante de este equipo, a más de un año la pandemia, aprendió a colocarse y retirarse las prendas de protección con el mayor de los cuidados y en la actualidad teme, porque siempre se puede escapar alguna norma de bioseguridad. Recordó como fue testigo de la muerte de parejas dejando a sus hijos tristes y llorosos, sin saber cómo reaccionar.

Para el ex responsable de salud, una de las estrategias esenciales es brindarle el espacio de desahogo y escucha de manera supervisada, velar por su integridad durante su actividad laboral, empatía por su labor y el abordaje terapéutico que permita la disminución de signos y síntomas de riesgo psíquico presentes para que puedan controlar  las respuestas emocionales y conductuales frente a las crisis que ellos evidencian y manejan.

El equipo de atención prehospitalaria (conductor, paramédico, auxiliar), son el primer contacto antes del ingreso al sistema hospitalario, posterior a una crisis, accidente o emergencia. Por ello, sus niveles de estrés son extremadamente altos, y de ahí, parte la necesidad de espacios terapéuticos de manejo emocional y comportamental, brindado por profesionales de salud mental. 

“Cuida tu familia y hogar, pueda ser que no volvamos a vernos muchos de nuestros.  Colegas están dando su vida y no debe de ser en vano. A ustedes: adolescente, joven, universitario; sean promotores comunitarios para evitar la aglomeraciones”, fue el mensaje unánime que envió el equipo de atención prehospitalaria. (I)


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