Zona de Confort… / Andrea Manjarrez Ocaña 

Columnistas, Opinión


Todos los días son una nueva oportunidad de mejorar, de sonreír, de disfrutar cada detalle por mínimo que sea; todo acontecimiento positivo o negativo influencia en nosotros en beneficio del aprendizaje constante de la formación habitual, pero recuerda que de ti depende cuanto conocimiento quieras adquirir, y la calidad del mismo, la sapiencia propia crece en base a trabajo diario, invadiendo nuevos mundos y buscando sumar experiencias, teniendo en cuenta que mientras más difícil se torne el horizonte más valioso es lo que se tiene detrás.

Tomar riesgos, batallar para conseguir sueños, plantear metas y permitirse cumplirlas, son decisiones un tanto ambiguas, pues mientras el corazón te alienta, la razón te dice estás seguro de querer ponerte en peligro emocional, ¿Qué beneficio te traerá?, ¿tendrá consecuencias?, ¿positivas o negativas?, ¿y si no sucede como tú quieres?, ¿y si mejor nos quedamos como estamos?, esta última interrogante que alberga tu mente desencadena la falta de coraje quizá, natural característica del ser humano, a la hora de dejar la comodidad de lo cotidiano por lo nuevo y desconocido, eso sucede a la hora de cambiar de trabajo, de casa, ciudad o país, o cuando debes acostumbrarte a otra forma de vida al asumir la soledad, cuando se aleja un amigo, familiar o pareja, existen varias modificaciones a las que puedes estar expuesto por un cambio o una decisión tomada, pero qué más da, la vida no se hizo para permanecer de brazos cruzados, si no para levantar la mano y ser participe activo.

Toma el valor que necesitas, que tiene tu espíritu emprendedor, él se mantiene en espera de ser llamado como protagonista y hacedor, dar el salto es difícil pero la voraz monotonía esta tras de ti, no pienses dos veces en dejar, tu Zona de Confort… (O)


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