2025: Acogerlo con Serenidad
Ecuador, cierra el 2024 con un pírrico crecimiento económico de 0.9% y para el 2025
se proyecta una variación del 1,5%, según las proyecciones que maneja el Banco
Central del Ecuador. Evidentemente los ajustes obvios de subir el IVA y eliminar el
subsidio a la gasolina aún no dan los resultados esperados. Es evidente el
persistente trabajo del gobierno en combatir el crimen organizado y en batallar con
las disrupciones de la producción petrolera; positivo ciertamente, pero aún se espera
que esto redunde en aspectos importantes como la generación de empleo.
Se esperaría que en el nuevo año se potencien factores importantes para
compensar los mil millones de dólares anuales que el país dejará de percibir con la
salida del ITT; generar un mejor escenario que permita atraer inversiones y la
implementación de políticas que permitan superar las secuelas de la inseguridad.
No obstante, más allá de las no tan optimistas consideraciones macroeconómicas del
país, es menester que acojamos este nuevo año con serenidad. Infaliblemente,
vivimos en un mundo en donde el inmediatismo, la multitarea y la
sobrecomunicación nos roban espacio para la reflexión, lo cual evidentemente
agrava la presión sobre nosotros mismos. Ciertamente, que con solo dar un click
tenemos todo en tiempo real, y eso nos lleva a no soportar la espera.
Responder ante cualquier evento sin dejarse arrebatar por sentimientos o emociones
perturbadoras se ha convertido en una labor ciertamente difícil en una era de
ansiedad en la cual nos ha tocado vivir.
Y es que esta sociedad presiona para que seamos seres capaces de hacer muchas
cosas al mismo tiempo, lo cual ha dificultado encontrar personas serenas que logren
pensar antes de decidir; cada vez vamos perdiendo más el control de nuestro
pensamiento.
En éste 2025 es preciso mejorar nuestro pensamiento, convertirlo en positivo y
optimista, comprensivo y tolerante. Ciertamente el pensamiento es el recurso
máximo del ser humano, por tanto es necesario considerar que el hombre cambia a
partir del pensamiento, en tal virtud debemos entender que nuestros semejantes
también son el resultado de su pensamiento; entonces cuando desarrollamos este
entendimiento vemos con mayor claridad como las relaciones y la vida misma
suceden por acción de la relación causa – efecto, y cuando esto sucede la vida
cambia, la preocupación, la agitación, el enfado ceden y permanece un equilibrio y
una serenidad en el pensamiento. En este sentido el hombre aprende a gobernarse
y se adapta a sus semejantes.
Cuanta gente conocemos que envenena sus vidas, arruina todo lo que es dulce y
bello con un temperamento explosivo, destruyen el equilibrio de su carácter, todo
por falta de dominio de sí mismos. Es preciso mantener nuestra mano firme sobre
el timón de nuestros pensamientos.
La conclusión es clara, en este nuevo año cuida tus pensamientos; que tu diálogo
interno sea positivo, evitemos los pensamientos negativos como: “Yo no puedo”, “Yo
no sirvo”, “Yo no soy capaz”, “Yo no merezco”; porque este tipo de diálogo
condiciona nuestro mundo y nos genera una realidad limitante …. Acojamos al 2025
con serenidad. La Macroeconomía va a mejorar, a pesar de ser un año electoral.