Editorial: Reformas al Código Penal
El Código Integral Penal fue aprobado por la Asamblea Nacional hace pocos años, en ese afán de demostrar que su trabajo era efectivo; de ahí que, con la aprobación del mayor número de leyes y códigos creyó que cumplía sus funciones. La mayoría correísta de la Función Legislativa fijó su atención solamente en el volumen aprobado.
No tomó en consideración esta mayoría de asambleístas del oficialismo, que la calidad era fundamental para la estructuración de los cuerpos legales, para que sirvan para el verdadero ordenamiento jurídico y social de las instituciones. Ignoró que la elaboración de las leyes requería y requiere conocimientos profundos y científicos para sean efectivas y con resultados positivos. Es obvio que en ese período de mayoría correísta hubo ausencia de juristas de calidad en su bancada. Con la prepotencia impuesta no aceptaban sugerencias positivas de los juristas de oposición, que deseaban aportar con opiniones sesudas.
Las observaciones negativas al Código Integral Penal surgieron de inmediato por la serie de errores detectados en numerosos artículos. Las reformas comenzaron a plantearse a la Asamblea desde varios sectores ciudadanos, que aun no las ha tramitado.
El Alcalde de Guayaquil, recogiendo el sentir de la población, ha planteado reformas al COIP tendientes a corregir errores conceptuales y prácticos, para que exista verdadera seguridad a favor de la sociedad, cuando la criminalidad se expande en todo el país.
La Asamblea Nacional tiene seria responsabilidad y debe actuar con diligencia, con sabiduría y con acierto. (O)