¿Y los ofrecimientos?
Por: Washington Montaño
Como bomba cayó la noticia de los abusos sexuales en las escuelas y colegios fiscales y particulares. Todos se rasgaron las vestiduras y ofrecieron “llegar hasta las últimas consecuencias, pese a quien le pese y caiga quien caiga” Que a más tardar, en el mes de enero, se convocará a los concursos para llenar las vacantes de autoridades para las unidades educativas que están dirigidas por profesores encargados y sin el perfil que exige la LOEI y su Reglamento. Que según como dice la mencionada ley, cada cuatro años los docentes en funciones, tienen el derecho a presentar los requisitos de ley y rendir la evaluación, con el propósito de acceder a una categoría superior y solo así, obtener un aumento salarial, ya que no estamos considerados como empleados públicos beneficiarios del magro aumento salarial que anualmente lo hacen para los trabajadores. De eso nones.
Y en la feria de ofrecimientos, también consta la repotenciación de las escuelas y colegios del área urbana, que se caen a pedazos de lo viejo que están; y cada año que pasa, las aulas son un potencial peligro para los estudiantes, debido a la vetustez de sus edificaciones. El anterior Presidente dijo que habría empresas contratadas para realizar la limpieza y desinfección de las edificaciones y que los servicios básicos serán de primera, así como también la alimentación escolar y el control de bares. Hasta aquí, melones.
No hemos visto mejoras sustanciales en el ámbito educativo porque en el anterior y presente año, no se han asignado presupuestos para la repotenciación de las instituciones educativas que esperan por más de siete años; no existen partidas económicas para el mantenimiento de escuelas y colegios y el aporte de los padres vuelve a ser una cruda realidad que desnuda la crisis administrativa en que navegan las autoridades. Ya son dos años que no se dota de mobiliario escolar; los libros de texto no han sido revisados en sus contenidos; los estándares educativos siguen esperando que les paren bola; los bares escolares son una fiesta aparte, porque unos prestan los locales y otros cobran el arriendo y la institución educativa queda como patio de baile.
Y la pruebas ser bachiller no han servido para hacer un estudio académico-curricular de lo que en realidad le sirve a los jóvenes y lo que exige la Universidad, en función del objetivo central, que es ingresar a la carrera que aspiran. Resultó peor el remedio que la enfermedad, porque ahora tenemos estudiantes cursando carreras para las cuales no tiene inclinación vocacional, esto quiere decir que a la corta o a la larga, tendremos desertores y profesionales mediocres, con el gasto innecesario de recursos.
No se puede creer en burócratas y políticos que hacen clientelismo populachero, calentando la mesa y ofreciendo con descarada demagogia lo que jamás van a cumplir. Amén. (O)