Narcos en Ecuador / Editorial
Preocupante resulta la confirmación de que facciones terroristas y narcotraficantes mexicanas y colombianas estuvieron atrás del atentado en Esmeraldas hace algunas semanas.
Nuestro país siempre ha sido territorio de paz, donde afortunadamente los únicos brotes que intentaron desestabilizarlo alguna vez fueron debidamente aplacados en los años ochenta.
La falsa firma de la paz entre el gobierno de Santos en Colombia y la FARC no ha hecho sino perjudicarnos enormemente. Según los propios informes de nuestra inteligencia y fuerzas del orden, son precisamente aquellos guerrilleros terroristas de Colombia que no quisieron desmovilizarse ni dejar de delinquir quienes han sido reclutados por los grandes narcos, especialmente del Cartel de Sinaloa.
¿Qué hacer entonces para que el crimen no avance y para que el narcopoder no penetre con fuerza en todos los estamentos de nuestra sociedad? Sin duda invertir mucho más en seguridad y entrenar debidamente a nuestras Fuerzas Armadas y a nuestros policías. Dejar de utilizar los servicios de inteligencia para espiar a opositores y centrarlos en el combate a los verdaderos enemigos de la Patria.
Tiene un gran reto el gobierno del presidente Moreno y también lo tienen los ecuatorianos. Hay que estar atentos a los avances que pueda tener el crimen organizado. (O)