El mejor negocio / John Tello Jara
A punto de presentar el informe de actividades en la ciudad de Pasto (Colombia) cuando era vicerrector de la UCCE, identifiqué una mancha en mi camisa, al acercarme a una boutique para adquirir otra, la vendedora me hizo caer en cuenta que el color café no combinaba con el terno y que no ganaba presencia para dicho evento, sugiriéndome el color blanco, celeste o beige.
Me di cuenta de que estaba ante una asesora de imagen y no ante una vendedora común o corriente, me indicó la camisa café que solicitaba (pero me dijo que podría ocuparla en otra ocasión) y posterior me indicó algunos accesorios extras para complementar su brillante exposición.
Cuantas veces al ingresar a un local comercial en nuestra ciudad, tan solo nos encontramos con vendedores cuyo objetivo final es entregar uno o más productos al cliente a cambio de un valor económico para que ellos obtengan una comisión extra por la venta, sin importarles si el bien entregado satisface o no las necesidades del comprador y, parece que el cliente siente esa sensación tan solo de venta y no de asesoría, motivo por el cual decide realizar la compra en otro momento o circunstancia. Es prioritario en nuestras empresas planificar el ingreso económico que deparará su funcionamiento, pero más aún analizar el grado de satisfacción del cliente el momento de utilizar el producto o servicio; frecuentemente me consultan algunos jóvenes que van a ingresar a la Universidad, cuál es la mejor carrera que existe actualmente? Sin dudar ni un segundo les manifiesto que “Economía”, luego me preguntan, pero esa profesión suya si da mucho dinero?, a lo cual les indico que el éxito en la vida no solo está en la consecución de la riqueza material sino en el hecho de sentirnos felices en la actividades que desarrollamos todos los días y más que todo en lograr ver la sonrisa de nuestro cliente el momento que está llevando el producto que adquirió en nuestro local.
¡Claro que existe el mejor negocio! y eso depende de usted, todas las actividades que desarrollamos son buenas y, si lo hacemos con beneplácito pensando primero en el bienestar del cliente, le aseguro que la rentabilidad vendrá de forma permanente. (O)
