Los lagartos de Fray Tomás de Berlanga. / Pedro Reino

Columnistas, Opinión

Tenemos tres maneras de reconocer al sacerdote dominico Fray Tomás de Berlanga que tiene especial significación histórica para los ecuatorianos, tanto por ser quien descubrió las “Islas Encantadas”, como por ser quien puso los cimientos de la nacionalidad ecuatoriana al pedir al Rey Carlos V que se creara la Gobernación de Quito como territorio interoceánico del Pacífico al Atlántico, dueño de las dos extensas zonas ribereñas del Amazonas.  Los españoles actuales dicen que Tomás Martínez, es conocido más bien como Fray Tomás de Berlanga, por los hispanoamericanos; en tanto que los propios peninsulares prefieren rememorarlo como Fray Tomás de Panamá, porque fue obispo en este enclave continental.

Fray Tomás fue un extraordinario ser humano. No fue un obispo más, sino un humanista visionario. “Fue uno de los tíos más salaos y bragados, y también uno de los más desconocidos”, dicen sus biógrafos. Añadamos que para los ecuatorianos es un personaje relegado. Galápagos debe priorizar su memoria, no solamente subestimándole con el nombre de una parroquia en La Isabela, sino como amerita el suceso histórico que atrae al mundo, el archipiélago o algo destacable, debe honrar su memoria, porque al ver entre la niebla a las islas por 1535, pensaron que eran flotantes y mudantes, y por ello y por lo demás, fueron designadas como “Encantadas”. Digamos  una vez más, que este personaje propuso en su tiempo la apertura de un canal de conexión entre los océanos, aprovechando el río. Cosa que se concretó con la construcción del Canal de Panamá.

Fray Tomás había nacido en Berlanga del Duero, en Soria en 1487. De familia de campesinos, fue a dar en la Universidad de Salamanca. A los 30 años fue nombrado obispo de Tierra Firme. Como curioso y observador, se entusiasmó con un caimán en Panamá “Sí, el Lagarto de Berlanga, o Lagarto de Fray Tomás, un caimán de más de tres a cuatro metros que llegó a  Soria hace cuatrocientos años y cuyos restos se visitan y aún se veneran en Berlanga de Duero, donde se conservan la piel y la espléndida calavera”…” El ‘Lagarto de Berlanga’ pende en la pared principal de la Colegiata de Berlanga de Duero exactamente igual que desde mediados del siglo XVI. En 2006 se descolgó y viajó a Madrid, donde los hábiles y prestigiosos taxidermistas del Museo de Ciencias Naturales supieron devolverle su esplendor original.” Si los visitantes y curiosos por ver el caimán o el lagarto van por Berlanga, encontrarán una memoria culinaria curiosa:  “Y después te pasas por ‘El Torero’, en la plaza, que es un pastelero que en tiempos recorrió vestido de plata el albero de los cosos de España -y aún ‘Las Arenas’, en Bilbao, cuyo redondel no es de albero, como todo el mundo sabe- y le pides ‘lagartos de fray Tomás’. Entonces te dará muy ufano una caja de galletas deliciosas y muy divertidas con forma de caimán”,  dice una página virtual.

También un hotel rememora al fraile con la efigie del “lagarto” “Nuestro hotel con este logotipo quiere rendir un pequeño homenaje  a Fray Tomás que, creemos, es el personaje más importante de Berlanga de Duero. Fue el primer Obispo de Panamá, descubridor del archipiélago de las Islas Galápagos, proyectó el futuro Canal de Panamá, fue un firme defensor de los derechos de los indígenas y fue consultor del Emperador Carlos V. Aún se conservan algunas históricas cartas de aquella época entre el Rey y nuestro erudito personaje.” Fray Tomás fue quien ordenó sacerdote a Bartolomé de las Casas, escribió cartas y descripciones de Galápagos y sobre la estructuración de la Gobernación de Quito. (O)

 

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