Feriado inesperado /Editorial
Resultó inesperado el feriado decretado por el gobierno nacional en conmemoración del Día del Trabajo. Con la Ley de Feriados promulgada el 2016 se entendía que todos los feriados se anexarían a los sábados o domingos para así lograr periodos más largos y sin cortes que permitirían aprovechar dichas fechas y estimular el turismo de los ecuatorianos. Varias empresas, especialmente en el sector privado, habían planificado conforme dicha ley que solo el lunes 30 habría descanso.
Sin embargo, y en una insólita sucesión de decretos presidenciales, primero se estableció el lunes 30 y martes 1 de mayo como descanso obligatorio para el sector público -dejando a discreción de los privados que haya o no descanso el 30- y, posteriormente, se decretó que el 30 sí sería de descanso obligatorio para privados.
¿Existió algún criterio técnico en la toma de estas decisiones? ¿Alguien midió el impacto en la economía que podía tener el prologar un feriado?
Lo cierto es que poco pudieron planificar los ecuatorianos porque no tuvieron noticia previa de que esto podía pasar. Y, las empresas, sí sufrieron un día de paro por la inesperada decisión. Ambato, en todo caso, no descansó y trabajó el lunes, como cualquier otro. Muestra del empuje y el tesón de nuestros ciudadanos. (O)