Homenaje a Guardabosques / Editorial

Columnistas, Editoriales

La naturaleza, con el transcurso del tiempo, está sometida a una enorme cantidad de amenazas y de riesgos que repercuten en la destrucción de aquella estructura espontánea que, como es obvio entender, todos tenemos la obligación de cuidarla, ya que ella nos ofrece vida, salud y recreación espiritual que llena una necesidad de todo ser vivo.

Lamentablemente, -produce indignación y vergüenza- que los propios humanos, en muchos casos, seamos los autores de la destrucción de nuestra naturaleza tan pródiga y generosa, que permite disfrutar de un ambiente sano y saludable que fortalece el espíritu y el cuerpo. Cuánto se ha tratado y se ha analizado sobre el valor de esta obra divina, de ese medio ambiente que nos protege.

Una de las obras de la naturaleza es la generación del agua, de ese líquido sin el que no existiría vida humana, animal y vegetal. El agua, a su vez, requiere de la forestación adecuada al medio; mientras más se la destruya, mayores posibilidades de desabastecimiento habrá. Ya aparecen criterios en el sentido de que las guerras futuras girarán en torno a la disputa por el agua. Esta advertencia debe ser tomada muy en cuenta.

Ha hecho bien el Ministerio del Ambiente, al celebrar el Día Internacional del Combatiente Forestal, en ofrecerle el Homenaje merecido y la dotación del equipo técnico necesario. En esta oportunidad se ha explicado los manuales y procedimientos para controlar incendios que, en los últimos tres años, han destruido 637.000 hectáreas. (O)

 

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