Sociedad Morbosa e Impávida / Washington Montaño
Lamentables sucesos acontecen todos los días, pero el caso del taxista asesinado vilmente y la muerte atroz de la chica lojana con su tierno hijito, ciertamente que conmovieron a una sociedad indolente, impávida, ociosa y hasta cobarde, que vio con horror como el extranjero en premeditado ataque a mansalva le quito la vida a un honesto trabajador; así como también nos enteramos del cruel asesinato de la chica y de su hijo.
En ambos casos el morbo insano y enfermo, fue alimentado potencialmente por las redes sociales; y en el caso de Ambato, porque algún mal funcionario de la estación de auxilio, divulgó irresponsablemente el video del infausto suceso. Y otros, que tuvieron el tiempo de grabar desde unas gradas el ataque y hasta relatar la acción, fueron impávidos, cobardes, sin sentido común ni amor al prójimo y con una mente morbosa que les impide actuar más allá del espectáculo trágico que les entretiene.
Las reacciones asoman subidas de tono, cada cual cree tener derecho de decir lo que quiera y sin prudencia alguna expresan la solución: pena de muerte, prisión perpetua, que le quemen vivo. Nada de eso se puede hacer, porque no están contempladas en la legislación; que nos indigna, por la manera inhumana, sin compasión, con alma mala, dura y fría como cometen estas atrocidades y nada se hace por modificar el marco legal para defender a los ciudadanos buenos, y primero deben quitar la prohibición de publicar los rostros de los delincuentes, que a pretexto de derechos humanos se lo hizo; y dictar penas sin rebaja alguna.
No es una sociedad educada aquella en que cada quién vive su vida, sino aquella que sabe convivir en armonía y que comparte sus responsabilidades humanas y sociales, pero con mucha lástima debemos decir que el sistema educativo implementado hace una década no es el adecuado para una sociedad que se consume así mismo y que termina con sus recursos sin importarle el derecho que tiene las generaciones venideras. Urge una revisión del currículo para insertar, desde el nivel inicial la moral y las buenas costumbres, educación vial, práctica deportiva, computación para que los estudiantes tengan una formación completa: buenas costumbres, con educación integral y habilidades básicas para desempeñarse en situaciones autónomas.
Los padres saben y se dan cuenta de las falencias del sistema educativo, pero no ayudan en nada cuando permiten que sus hijos o hijas se vistan como quieran, pasen en la calle hasta altas horas de la noche, u observen impávidos como consumen horas y horas en páginas sociales que nunca autorizaron o tengan con sus hijos más amistad que respeto. “En el hogar extrañamos a los padres, porque amigos tenemos bastantes”. (O)