Nuevo presidente mexicano / Editorial

México eligió el domingo a un presidente de izquierda luego de muchos años de que eso pareciera improbable. Andrés Manuel López Obrador, exalcalde de la capital mexicana y líder del partido Morena llegó al máximo cargo luego de haberlo intentado previamente en las elecciones del 2006 y en las del 2012 sin éxito.

El nuevo presidente tiene, evidentemente, una marcada tendencia afín al socialismo del siglo XXI que ha tratado de minimizar en el proceso eleccionario. Sin embargo, no deja de generar algo de temor en un entorno que, por el contrario, ha ido saliendo de esa fase política y a elegido a gobiernos más equilibrados y pragmáticos.

En México esto se dará por primera vez y, al ser un país tan potente económicamente, todos mirarán con cautela hacia donde lo lleve el primer mandatario.

López Obrador tendrá que lidiar con la terrible inseguridad que genera la delincuencia y el narcotráfico en ciertas regiones del país y con las ásperas relaciones con los Estados Unidos que pasan hoy por la construcción de un muro por parte de los estadounidenses y por la guerra económica a exportaciones que ha fijado la era Trump.  (O)