Eliminar subsidios / Esteban Torres Cobo
Volvió el tabú más grande de la economía ecuatoriana: los subsidios a la gasolina. Frente a rumores de que las cuentas no cuadran en la macroeconomía nacional, ya se especula que algunos podrían revisarse, incluso a pesar del gran desgaste político.
Evidentemente, los subsidios distorsionan la economía y los hábitos de los ecuatorianos. El combustible barato promueve la adquisición y el uso de autos más grandes y potentes. Estos, a su vez, contaminan el medio ambiente, congestionan las ciudades y destruyen cualquier intento de modernizar y de estimular la movilidad a través del transporte público.
No es bueno que un país se acostumbre a este tipo de concesiones. Sin embargo, cualquier retiro tiene que tener una contrapartida positiva. Nunca se puede sacar dinero del bolsillo de un ciudadano sin permitirle que compense esa baja. El Estado no debe eliminar un subsidio sin generar estímulos o sin derogar impuestos y cargas.
Por ejemplo, si se eliminan subsidios tienen que regresar y potenciarse beneficios y exenciones para la adquisición de autos eléctricos, híbridos, o de bajo cilindraje, que hace poco desaparecieron. Asimismo, se debe estimular la movilización en transporte público y, por qué no, incorporar formalmente a plataformas que brindan este servicio en consonancia con los que formalmente ya operan. Cualquier decisión, más allá de lo político, debe tener un minucioso análisis económico y de comportamiento. (O)