Las Mentiras dan flores… / Edison Narváez Z
Las Mentiras dan flores pero jamás darán frutos, proverbio chino necesario señalarlo para describir el Socialismo del Siglo XXI, proyecto de izquierda inspirado en la filosofía y economía marxista que buscaba según la “Revolución Ciudadana” sacar al Ecuador de una gran desigualdad social y económica, tras haber tenido regímenes dictatoriales y doce presidentes con tendencia capitalista a partir del retorno a la democracia en el año 78.
Ciertamente, hace once años la gran mayoría de ecuatorianos sabíamos que el Ecuador necesitaba un cambio radical para poner fin a la ineficiencia y corrupción de la vieja partidocracia generadora de la Sucretización de la deuda, de la perjudicial negociación de los bonos Brady, del no menos pernicioso cambio de los Bonos Global, y del ignominioso feriado bancario. Sin duda estos nefastos acontecimientos generaron el declive ideológico de la tendencia neoliberal y socialdemocracia.
En este entorno apareció Rafael Correa gobernante progresista, cuestionador del sistema neoliberal quien gozó de la bonanza petrolera más alta que ha conocido nuestro país, circunstancia que le sirvió para sostener su política clientelar autoritaria y engañar al pueblo con el famoso Milagro Ecuatoriano. Orientó su política con sentido popular y con principios de soberanía nacionalista y bolivariana; sin embargo el remedio fue más caro que la enfermedad, pronto aparecieron los nuevos ricos, tecnócratas y burócratas. En tiempos de vacas gordas se ferió los ingentes ingresos del estado conduciendo erróneamente hacia un gasto público desmedido y como este gasto no genera retorno hacia el fisco entonces se vio motivado a endeudar al país por encima de su capacidad de pago; y como el país no controla los precios del petróleo, este descendió y nos quedamos con la “mesa servida”.
La famosa década ganada fue para unos pocos; la supremacía del trabajo humano sobre el capital, los salarios dignos, la estabilidad laboral, la justa repartición del producto social…. todo fue una mentira, en su momento fueron flores pero jamás obtuvimos frutos.
Este experimento socialista no ha sido más que una bolsa de mentiras, una ráfaga de insultos y amenazas, típico en todos los gobiernos populistas generados en Latinoamérica maquilladores de cifras y deshonrando a los disidentes.
El Presidente Moreno ha dicho con propiedad “Los pueblos pueden perdonar errores, pero no deben permitir que se les mienta”. Es necesario que el gobierno profundice la transparencia para que más tarde no sea visto como corresponsable de la Revolución Ciudadana, no es suficiente que los corruptos paguen con la cárcel, es imperativo que devuelvan lo que se llevaron.
Si antes el Socialismo Soviético se derrumbó con la Perestroika, ahora el Socialismo del Siglo XXI se ha venido abajo por la mediocre conducción de la economía, por sus contradicciones, por la desmedida aparición de la corrupción y porque el pueblo ha perdido la Fe en el discurso populista… Ciertamente, las mentiras dan flores pero jamás darán frutos.
Las Mentiras dan flores pero jamás darán frutos, proverbio chino necesario señalarlo para describir el Socialismo del Siglo XXI, proyecto de izquierda inspirado en la filosofía y economía marxista que buscaba según la “Revolución Ciudadana” sacar al Ecuador de una gran desigualdad social y económica, tras haber tenido regímenes dictatoriales y doce presidentes con tendencia capitalista a partir del retorno a la democracia en el año 78.
Ciertamente, hace once años la gran mayoría de ecuatorianos sabíamos que el Ecuador necesitaba un cambio radical para poner fin a la ineficiencia y corrupción de la vieja partidocracia generadora de la Sucretización de la deuda, de la perjudicial negociación de los bonos Brady, del no menos pernicioso cambio de los Bonos Global, y del ignominioso feriado bancario. Sin duda estos nefastos acontecimientos generaron el declive ideológico de la tendencia neoliberal y socialdemocracia.
En este entorno apareció Rafael Correa gobernante progresista, cuestionador del sistema neoliberal quien gozó de la bonanza petrolera más alta que ha conocido nuestro país, circunstancia que le sirvió para sostener su política clientelar autoritaria y engañar al pueblo con el famoso Milagro Ecuatoriano. Orientó su política con sentido popular y con principios de soberanía nacionalista y bolivariana; sin embargo el remedio fue más caro que la enfermedad, pronto aparecieron los nuevos ricos, tecnócratas y burócratas. En tiempos de vacas gordas se ferió los ingentes ingresos del estado conduciendo erróneamente hacia un gasto público desmedido y como este gasto no genera retorno hacia el fisco entonces se vio motivado a endeudar al país por encima de su capacidad de pago; y como el país no controla los precios del petróleo, este descendió y nos quedamos con la “mesa servida”.
La famosa década ganada fue para unos pocos; la supremacía del trabajo humano sobre el capital, los salarios dignos, la estabilidad laboral, la justa repartición del producto social…. todo fue una mentira, en su momento fueron flores pero jamás obtuvimos frutos.
Este experimento socialista no ha sido más que una bolsa de mentiras, una ráfaga de insultos y amenazas, típico en todos los gobiernos populistas generados en Latinoamérica maquilladores de cifras y deshonrando a los disidentes.
El Presidente Moreno ha dicho con propiedad “Los pueblos pueden perdonar errores, pero no deben permitir que se les mienta”. Es necesario que el gobierno profundice la transparencia para que más tarde no sea visto como corresponsable de la Revolución Ciudadana, no es suficiente que los corruptos paguen con la cárcel, es imperativo que devuelvan lo que se llevaron.
Si antes el Socialismo Soviético se derrumbó con la Perestroika, ahora el Socialismo del Siglo XXI se ha venido abajo por la mediocre conducción de la economía, por sus contradicciones, por la desmedida aparición de la corrupción y porque el pueblo ha perdido la Fe en el discurso populista… Ciertamente, las mentiras dan flores pero jamás darán frutos. (O)