No hubo tormenta / Esteban Torres Cobo
No resultó muy tenebrosa la tormenta que se esperaba por la eliminación del subsidio a la gasolina súper. Nada tenebrosa ni turbulenta. Por años la idea de eliminar cualquier subsidio fue el gran tabú de la política ecuatoriana. Quien lo hiciera no sobreviviría. Sin embargo, al menos Lenín Moreno parece haberla superado hasta ahora.
¿Es realmente esta medida un ahorro considerable para las cuentas nacionales o mas bien constituye un globo de ensayo para medir la reacción ciudadana ante la posible eliminación de más subsidios?
Se ahorrarán 100 millones de dólares, nada más. De un déficit que alcanza miles de millones y que tiene compromisos complicados por doquier. Y la parca reacción que ha suscitado quizás responde a que no se trató ni de la gasolina extra ni del diésel, combustibles de mayor uso por cantidad y sectores en los cuales son sensibles. ¿Pero soportaría el país la eliminación de subsidios a estos combustibles?
Difícil saberlo. Siempre estuvimos conscientes de que la economía ecuatoriana tenía graves distorsiones por los subsidios a mansalva a los que nos acostumbramos desde hace tiempo. Y, quizás por el momento político que hemos vivido en estos meses de reajuste, era previsible saber que habría consecuencias por la gran farra de la última década. Sin embargo, es complejo augurar paz si algo sucediera con la gasolina extra o el diésel.