¿Quién gobierna enVenezuela y quién en Nicaragua? /Diácono Garibaldi Buenaño M.
Los graves problemas que viven nuestros pueblos hermanos de Venezuela y Nicaragua motiva a pensar una vez mas que a la Patria debemos cuidarla y defenderla con sincero coraje, sin envolver en niebla personas ,ideas y acciones.
En Venezuela y Nicaragua no gobiernan Nicolás Maduro ni Daniel Ortega, como cree todo el mundo, NO! Allí gobierna el demonio, “verdadero opio del pueblo”, él se instaló en el corazón de esos gobernantes; producto de eso, lo que afuera resuena es signo de lo que dentro de ellos está bullendo. Por la misma razón, son falsos revolucionarios que, llaman derecho a la tiranía y justicia a la venganza. El alarmante éxodo de miles de venezolanos, y por lo que se ve, corre la misma suerte el pueblo de Nicaragua (se fueron treinta mil a Costa Rica), y los cientos de asesinados por protestar contra esas dictaduras ¿no revela la presencia del demonio? Los obispos y sacerdotes que salieron a apoyar a su grey para defender con tezón y prudencia la verdad, la justicia y la libertad, ¿acaso no fueron agredidos por las fuerzas paramilitares del gobierno sandinista? O cree la señora Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua, que “ese sacrilegio cometieron”, (tomo sus propias palabras), cometieron los ángeles custodios?
Las necesidades sociales no se satisfacen con errores, ni se resuelven con sofismas. El demonio es el padre de la mentira, dice Jesús. El es el único capaz de engañar y arruinar personas, familias, gobiernos. Si no ¿cómo se explica que el hambre, hermana mayor de la desesperación, haya tomado asiento en los hogares venezolanos? Y, por lo que se ve, mañana será Nicaragua. Porque hombres con escases de células grises son incapaces de alcanzar la grandeza satánica del mal. ¿Les interesa más su ego o su pueblo? ¿No está clarísimo que buscan primero “la añadidura” y luego el ” tu reino”?
En hora buena, felicitaciones a nuestros compatriotas que están brindando comida y abrigo, y el gobierno la caravana de buses para que se trasladen los migrantes al Perú, lugar de su destino.
Contemplando este drama inhumano ¿puede alguien dudar que allí no gobierna el maligno? Elevamos oraciones por estos hermanos en desgracia, o nos comemos el cuento “del políticamente correcto”, renunciando a nuestra vocación de ser luz del mundo y sal de la tierra? Esta hecatombe despiadada ¿se resuelven con plebiscitos y diálogos? Jamás se oyó decir que desastres y miserias sirvan de pedestal para la grandeza de los pueblos, menos dialogando con demonios. “El diablo es el dios de los que viven según la corrupción del siglo, afirma san PABLO.
De la que nos libramos…; pero es gracias también a que en Ecuador tenemos militares de “adeveras”, y no de simple indumentaria…
Por todo lo visto, oído, dicho, y lo que falta por decir, ya sabemos amables lectores qué contestar a la pregunta: ¿ Quién gobierna en Venezuela y quién en Nicaragua? (O)
Desde Ecuatoriana de Aviación