Modelo Educativo / Dr. Washington Montaño Correa.

Columnistas, Opinión

 

Cuando una persona desea adquirir un bien material, lo idealiza, elevando imágenes a su cerebro, y añade el color, forma, estilo, calidad, costo, material, acabado, confección interior y/o exterior, durabilidad, origen, lugar de compra, diseños adicionales que lo hacen bonito, agradable, hermoso o bello; es decir todos los elementos de los que está compuesto el modelo. En el caso del bien, se observa que todos los elementos confluyen a una sola cosa: gustar al cliente, hacer que este se empodere del bien, orientándose por algunos elementos que impactan el subconsciente y que provocan la necesidad de hacerlo suyo y lucirlo como dueño.

El modelo educativo, es el bien común, se forma de varios elementos como teorías, postulados, doctrinas, principios, métodos, técnicas, infraestructura, directivos, docentes, estudiantes; aunque varios de estos elementos no sean tangibles, no quiere decir que distorsione de lo que es un patrón o modelo. Al igual que en un bien material, todos los elementos confluyen con el aporte para el perfil de egreso; así está diseñado y todos, absolutamente todos son un engrane en la gran maquinaria que mueve la oferta educativa.

En los bienes materiales, los responsables están tras la mesa de confección y cada cual hace su tarea con responsabilidad y agrado porque sabe que este bien va a ser valorado monetariamente y ofertado al público, con el fin de que haya quien lo compre y se adueñe para siempre de él. Con el paso del tiempo se comprobará si los indicadores observados en el modelo, cumplen el fin para el cual fue confeccionado y solo allí en el terreno de los hechos se va a comprobar las bondades de la calidad, el acabado, durabilidad y otros, con lo cual pasa de un bien entre el montón, a un bien de prestigio, que generalmente se asocia a la marca.

El modelo educativo, pasa por este mismo proceso, ya que debe ser idealizado por los curriculistas con la ayuda de los pedagogos, psicólogos, especialistas de las diferentes ciencias que trabajan para modelar el ser humano que requiere la sociedad del presente y del futuro; dicho de otra manera, todos los lineamientos filosóficos-conceptuales del hacer pedagógico deben confluir en la formación integral del estudiante actual, cuya prueba de fuego no es más que la actuación dentro de la misma familia, la institución educativa y la sociedad.

En el modelo material, todos los ven, está en exhibición en un escaparate de forma permanente y depende mucho del impacto de sus elementos para no permanecer largo tiempo en la vitrina y venderse. El modelo educativo tiene una vitrina pública, está exhibiéndose con todos sus elementos, pero se está demorando mucho para que los usuarios se adueñen de este, lo hagan suyo, se empoderen y lo utilicen para comprobar si su calidad es buena. Algo no está encajando bien, los elementos no están correlacionados, existe la oferta educativa, aunque de calidad y calidez estén muy alejadas; así un modelo se convierte en hueso, en lo que nadie compra y pasará en el escaparate, adornado de linda propaganda. (O)

 

 

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