En Pitirishka evocan a sus guerreros
En el kilómetro 51 de la vía que conduce a Macas un letrero grande indica el camino que dirige hasta el plantel donde se educan los herederos de los guerreros shuaras.
El colegio intercultural bilingüe “Tsantsa” se encuentra en los límites de la comunidad Tsarakú que en español significa “Laguna”, pero más se la conoce como Pitirishka.
Dentro de las aulas los estudiantes aprenden sobre su cultura e historia de los ancestros que la impartirán luego a sus generaciones. Román Yankua, docente y presidente de la comunidad, manifestó aún se mantienen ciertas costumbres como las prácticas de la pesca, caza y la recolección de frutas. En la comunidad se han implementado otras como la piscicultura y la ganadería.
A los estudiantes les enseñan todas las prácticas milenarias que por influencia occidental se pierde, aseguró Román Yankuam.
El profesor de Cosmovisión Andina, Pedro Moncayo, tiene la responsabilidad de inculcar que no se pierda la lengua madre que es el shuar-chicham y el conocimiento de cada planta y animal para curar las enfermedades.
“La Pachamama es sabia y eso se les inculca a los estudiantes. En la selva existen las plantas que nos da alimento y curan las dolencias pero se las debe conocer. Esos conocimientos los adquieren en el plantel”, dice Moncayo.
Los shuaras también son hábiles para las artesanías, en especial las mujeres asegura Yankuan. En el plantel conservan vasijas y la vestimenta tradicional que sirven como patrones de enseñanzas. (I)