Cita Cultural / Lic. Mario Mora Nieto

Columnistas, Opinión

 

 

Durante la cena familiar el tema obligado fue la programación del “Sol de Noviembre”, que nos ofrece el GAD Municipalidad de Ambato, con una amplia gama de eventos culturales.

 

  • ¿Para qué sirven los cuadros? –preguntó Jaime, de ocho años-.

 

La respuesta era difícil.

 

  • Pienso que son para disfrutarlos, contestó su madre.

 

Y agregó:

 

  • Yo recuerdo con gratitud la formación que me proporcionaron mis padres para la apreciación del arte. Así aprendí a contemplar la piel sedosa de una niño plasmada por la sensibilidad de Renoir; la cara arrugada de una anciana, con la compasión de Rembrandt; la maestría de Guayasamín o la de Kingman.

 

¿Qué mejor regalo podemos ofrecer a nuestros hijos, en edad de crecimiento, que el gusto y el amor por las obras de arte?

 

Con razón Terry Maeasham, expresaba: “Abre los ojos de un niño hacia el arte, y lo lanzarás hacia un viaje de descubrimiento: de sí mismo y de los demás”.

 

Todo esto corroboró Alicia, la hermana mayor, al manifestar que su interés por el arte surgió cuando asistía a la clase de ballet y su madre le compró un librito de reproducciones de las bailarinas de Degas.

 

El “Sol de Noviembre” es, entonces, una gran oportunidad para que los niños y los jóvenes puedan degustar de diversas expresiones artísticas.

 

Es suficiente permitirles ver lo mejor poco a poco y estimularlos para que aprecien y se identifiquen con la pintura, la escultura, el teatro, la danza, la música, el cine, la fotografía, en algo que para ellos puede significar un verdadero descubrimiento de sus aptitudes.

 

A Javier, el padre, se le ocurrió mencionar la importancia, por ejemplo, del teatro, ya que podría servir como referente para la formación del club de teatro en la escuela y así se llegaría a educar la sensibilidad artística del alumno; a ejercitar el control emocional; a dar oportunidad de expansión de la emotividad; a combatir la timidez y proporcionar mayor expresión y desenvoltura.

 

De igual manera se analizó el valioso aporte que brindan todas las artes en la formación integral de la niñez y juventud.

 

En este contexto sería fundamental el aporte de las autoridades educativas para permitir a los alumnos su presencia en esta cita cultural de Noviembre. Y es que no faltan directivos que consideran que a la asistencia a estos actos es una “pérdida de tiempo”.

 

Se puede lograr una verdadera vitalización de la enseñanza sobre la base de una adecuada articulación con las necesidades, posibilidades y preferencias del alumno, tomando en cuenta el desenvolvimiento de su personalidad y su creciente integración social dentro y fuera del aula. (O)

 

 

 

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