¿Por qué las cebras no tienen úlcera?

Columnistas, Opinión

Hoy me levanté con esa inquietud que provoca el escuchar a la gente que cuando tenemos algún fracaso es porque ya estaba escrito en nuestra vida, que estamos  programados para ser lo que somos y que lo que nuestra mente piense que somos no afecta en lo más mínimo a lo que ya está programado”
. Que desde niños seguimos lo que nos gusta y evitamos lo que no nos gusta debido a que ya está en nuestro ADN y que seguimos su sabiduría. Por otra parte también se comenta que una vez que aprendemos a hablar, los seres humanos que se ocupan de cuidarnos nos enseñan lo que saben y esto significa que nos  programan con sus conocimientos. Aprendemos cómo ser un hombre o una mujer según la sociedad en la que nacemos. Asimilamos cómo comportarnos “correctamente” ennuestra sociedad, ya sea por miedo a ser castigados o por miedo a no recibir una recompensa y entonces empezamos a tratar de complacer a los demás. Que no tenemos la oportunidad de escoger nuestras creencias porque se nos dice qué creer y qué no creer. Que todo el mundo tiene una opinión sobre nosotros y nos dice lo que somos. El único modo en el que podemos vernos a nosotros mismos es a través de un espejo, y la gente desempeña el papel de ese espejo y en nuestra mente formamos una imagen de nosotros mismos según lo que otra gente dice lo que somos. Y que si no está bien para nosotros ser lo que somos empezamos a fingir que somos lo que no somos. Sea lo que sea, debemos estar seguros del poder de las palabras mentales o verbales que constituyen casi un decreto, capaz de crear nuestro cielo personal en el mundo o que destruya todo lo que nos rodea fabricando nuestro propio infierno. Es decir que nuestra voz interior no la debemos mezclar con nuestras suposiciones o imaginaciones para  juzgarnos, ni declararnos culpables o auto castigarnos. Nunca olvidemos que nuestra mente es tan poderosa que percibe la historia que nosotros mismos creamos y que detrás de nuestros ojos hay un cerebro que intenta darle un sentido a todo. Además, lo que nosotros creemos es lo que ya lo damos por hecho, es lo que gobierna nuestra vida, nos puede despojar de nuestra libertad convirtiéndonos en esclavos de nosotros mismos haciéndonos sentir tiranos apoderándose de nuestro yo real, o nos  puede conducir a una verdadera armonía con paz interior. Las emociones son reales, son parte de la verdad, pero la razón por la que las estamos sintiendo no siempre lo es, ya que estarán sujetas a nuestras suposiciones e imaginaciones que lamentablemente tienden a ser negativas. Aquí cabe la pregunta con la cual titula su libro Robert M. Sapolsky ¿Por qué las cebras no tienen úlcera? La realidad es un conocimiento silencioso que no siempre viene con las palabras. Escuchemos y seamos escépticos para luego ser responsables de todas las elecciones que hagamos en nuestra vida, pues no es asunto de nadie más. Actualmente padecemos enfermedades distintas y tenemos más probabilidades de morir de forma diferente que la mayor parte de nuestros antepasados. Lo que nos preocupa y nos quita el sueño es otro tipo de enfermedades cuya base influyente la constituye el ya temido estrés. En nuestra vida privilegiada, hemos sido los únicos con la suficiente “inteligencia”como para inventarnos miles de agentes estresantes, y los únicos lo  bastante estúpidos como para permitir que dominen nuestras vidas.

 

 

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