Devuelvan lo robado / Hernán Marcelo Guerrero
Ecuador necesita recursos en forma angustiosa. No solo que se gastaron 450 mil millones de dólares entre enero del 2007 y mayo del 2017, sin ningún tipo de fiscalización ni de control político, sino que se incrementó la deuda pública desde 10.235 millones en diciembre del 2009 hasta los 65 mil millones en enero el 2018, en un porcentaje que supera el 600 por ciento. Encima de ello se dejó vendiendo 536 millones de barriles pagaderos en crudo hasta el año 2024. La burocracia creció de 332 mil servidores, en diciembre del 2006, a 809.411 personas, en marzo del 2017, según el SRI. (31-marzo-2017) De este número, 38.700, la élite del poder, según estudio de Pablo Dávalos, perciben un promedio de 58.100 dólares al año y 2.248,4 millones de dólares en conjunto al año. ¿De dónde se obtiene el dinero para enfrentar las necesidades públicas? ¡Del endeudamiento fiscal a un ritmo de mil millones de dólares al mes!.
Si la deuda pública estaba en 65 mil millones en enero del 2018, según la Comisión de Veeduría nominada por la Contraloría, sin los datos de la deuda al IESS, y se podría esperar una deuda de 30 mil millones en los próximos tres años, estaríamos bordeando una deuda global de 100.000 millones de dólares. ¿Qué hacer en estas condiciones? ¿De dónde sacar los dólares?.
Es imperioso, en estas circunstancias, recuperar de manera inexorable el dinero sustraído y que se calcula, según la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA), llegaría a los 75.695 millones de dólares. Durante muchos meses habíamos planteado que debería “reconocerse”, como estímulo, para quienes denuncien y ayuden a recuperar el dinero robado, hasta el 10% de lo que se pueda recuperar, y el monto restante para el Estado y, además, que los denunciantes “que hubiesen incurrido en soborno y puedan probar que un funcionario se lucró de la acción ilícita” no sean motivo de enjuiciamiento.
Le doy una mejor idea al presidente: Julián Assange es uno de los mejores hackers del planeta y para descontar la billetiza que nos ha costado mantenerlo y para justificar la nacionalidad que le hemos dado gratis, sin que haya prestado servicio alguno al país, nos vendría muy bien que Assange nos dé la ruta del dinero diciéndonos dónde el señor belga y sus otros panas tienen escondida la plata. Le caería bien al país que merece recuperar lo robado. (O)