La crisis venezolana y sus militares / Ing. Patricio Chambers M.
La crisis venezolana y sus militares / Ing. Patricio Chambers M.
El tema de Venezuela es harto complejo debido a la serie de variables que se combinan dentro y fuera de dicha nación.
De hecho, al momento hay una alta implicación de la comunidad internacional que, partiendo con los EEUU ha alcanzado a la Unión Europea así como a la mayor parte de los países de América Latina, entre ellos Ecuador que han decidido desconocer al gobierno de Maduro; mientras que Rusia, China, Turquía y otros países de la región como Uruguay, Bolivia, Nicaragua y Cuba mantienen su respaldo al mandatario chavista.
Lo más preocupante es la grave crisis humanitaria, económica y política por la que atraviesa esa nación, lo cual ha provocado que millones de personas hayan decidido en estos últimos años salir de sus fronteras, lo cual ha provocado inevitables brotes xenófobos alentados con hechos como los ya conocidos de la ciudad de Ibarra.
De esta manera un problema de carácter nacional, se ha transformado en un tema regional de difícil solución.
Ante ello, probablemente una primera reacción sea preguntarse ¿por qué los venezolanos en lugar de luchar su subsistencia en otro país, no lo hace en el suyo propio?. Si su gobierno no ha logrado solucionar las necesidades más básicas del pueblo ¿por qué no pelear allá por el cambio?.
Estas preguntas aparentemente simples, conllevan una enorme complejidad pues existen gobernantes que con el paso de los años logran establecer una serie de mecanismos que les permiten mantenerse y perdurar en el poder.
Dichos mecanismos demandan de actores dispuestos a participar en el juego, generalmente a cambio de prebendas y ganancias no siempre del todo lícitas.
Haciendo un análisis de la situación venezolana en los últimos años (casi décadas), nos encontramos con un ejemplo patético de ello, es la cúpula militar venezolana. La cual evidentemente sucumbió a los llamados “incentivos a la lealtad”.
Analistas internacionales como Phil Gunson, destacan que ya con Hugo Chávez, los militares salieron de los cuarteles para ocupar posiciones de mando en otras áreas, teniendo acceso a puestos en el gabinete, así como al control de bancos y otros servicios financieros.
Según cifras de la ONG venezolana Control Ciudadano, los ministros uniformados en el gobierno de Maduro pasaron de representar el 25% del gabinete al 48%, entre 2014 y 2017.
Sin embargo, tal como lo señala la directora de esa organización, ahora «a los militares ya no les interesan los cargos burocráticos porque en los ministerios ya no hay dinero” agregando que tales incentivos se mantienen hoy en tres líneas: PDVSA dirigida por un general de la Guardia Nacional; la estatal minera Camimpeg, que está bajo un general del Ejército; y la administración de la Gran Misión Abastecimiento Soberano (GMAS), en manos del ministro de Defensa, Vladimir Padrino encargado de la importación de alimentos, donde se manejan enormes cantidades de divisas.
Siendo las cosas de esta manera, es evidente que Venezuela se encuentra bajo el gobierno del poder militar. (O)