Construcción social de los hechos / Juan José Quesada Revelo
Cuando hablamos de fenómenos sociales, al igual que los hechos descritos por las ciencias exactas; suponemos que son realidades en sí mismas; hechos reales y objetivos, cuya naturaleza está determinada por procesos causales sujetos a comprobación.
Los hechos sociales lejos de ser objetivos, más bien son idóneos para muchas interpretaciones que siguen diversas líneas de conciencia social. Paul Watzlawick usaba el término “realidad de primer orden” para describir los hechos reales y objetivos comprobables científicamente; y “realidad de segundo orden” para referirse a las interpretaciones subjetivas que aparecen en el marco social, en su afán de entender lo que sucede.
Por ejemplo, hay momentos en los que aumenta la incidencia de suicidios en determinada población y cuando se analiza, pese a considerar que siempre se tergiversa la información; la totalidad de los casos suelen apuntar a la depresión, problemas económicos y rupturas amorosas como causas de los hechos. Si se considera a estos síntomas como la realidad de primer orden, es decir, como fenómenos reales; la realidad de segundo orden consiste en asumir que dichos síntomas son “causas suficientes para cometer un suicidio”. Se debe pensar por lo tanto, que cualquier sintomatología depresiva ha estado presente en la humanidad desde siempre y de igual manera el suicidio; sin embargo, el anclaje entre depresión y suicidio no es una relación objetiva, sino una construcción social que puede aparecer en determinadas épocas, estaciones del año y culturas del mundo.
En la violencia de género, ¿no valdría preguntarse por su incidencia como un escándalo social más que por hechos reales?, ¿no son los primeros casos los que dan luz verde para que aparezcan nuevos casos registrados? ¿y si la violencia de género (como hecho real) ha sido antes más drástica pero no considerada como tal?
Todo aquello antes de suponer una inferencia arbitraria deberá ser reflexionado detenidamente. (O)