Otra arca salvadora / Jaime Guevara Sánchez
La televisión presentó un caso muy singular. Un cubano nacionalizado en Estados Unidos está promocionando la idea de construir un arca similar a la de Noé, porque según sus cálculos, el incremento desmedido de lluvias, inundaciones, creciente desborde de los ríos, maremotos, violentas modificaciones artificiales del clima, huracanes, tifones y otros fenómenos del cosmos van a producir un nuevo diluvio universal, similar al diluvio bíblico, que acabará con todos los animales de la tierra.
¿Cómo era la famosa arca? El Génesis describe algo que dista mucho de parecerse a una embarcación. Habla de una gran caja rectangular de madera, hecha para flotar a merced del viento y las olas. ¡Pero que caja! Trecientos codos de longitud, 50 codos de ancho y 30 codos de altura. Aún empleando el codo menor de los antiguos, el arca habría medido 137 metros de largo, 23 de ancho y 14 metros de alto.
Es decir, su eslora sería la mitad de la del Queen Mary, aquel transatlántico gigante.
¿Dónde buscar los restos del arca? Muchos judíos, musulmanes y cristianos orientales no creen que el arca vapuleada por el diluvio se detuviera en lo que se conoce como monte Ararat. Por ser la cumbre más elevada de la región, habría sido el lugar indicado para desembarcar.
Varios grupos, financieramente muy bien respaldados, continúan realizando expediciones al monte Ararat en busca del arca, a pesar que durante más de un siglo todos los intentos han fracasado. Pero qué importancia tendría encontrar el arca. Desde hace tiempos, y por supuesto en los días actuales, el arca se considera como algo inmortal. Y si no encontró refugió en el corazón de esa montaña, si ha encontrado otro asilo más importante en el corazón del hombre y en él vivirá para siempre.
Finalmente, volvamos donde el cubano-americano generador del proyecto. El está cosechando un cerro de dólares enviados por ingenuos, convencidos de los mensajes de refugio de vidas humanas del próximo diluvio promocionados por internet. Algunos seres realmente cándidos le remiten los ahorros de toda su vida. Creen que de hoy a mañana podrían ya no estar aquí, ahogándose definitivamente si no se construye el arca salvadora número dos…
No todos los apóstoles eran santos cien por ciento. Entre ellos también había algunos demagogos y engatusadores de padre y señor nuestro. (O)