¿Para qué sirve el Cpccs?/ Hernán Marcelo Guerrero
La Constitución de Montecristi de 2008 creó el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, como un organismo autónomo que rompió -como quiso Correa- los preceptos de Montesquieu (los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, agregando los de control social y electoral). Entre sus atribuciones, según la norma constitucional, es nombrar al defensor del pueblo, al contralor, a los5 superintendentes y ejercer influencia para designar autoridades de la función electoral y judicial. La pretensión era promover la participación ciudadana y el control social de lo público, la lucha contra la corrupción y la transparencia, además de nombrar autoridades. Ese Cpccs dedicó sus empeños, en “la década del terror”, a satisfacer los pedidos del “jefe de todas las funciones”, como se autonombró Correa.
No se luchó contra la corrupción, no se logró el empoderamiento ciudadano ni la inclusión ni el control social y se nombró autoridades cuestionadas, como el excontralor (hoy prófugo de la justicia) y el defensor del pueblo. Hasta febrero de 2018 lo integraron siete consejeros principales y siete suplentes escogidos en dudosos concursos. Y como tenían mayoría correista se hizo lo que les vino en gana nombrando a maridos, primos, hermanos y demás relacionados, Tras la consulta de febrero de 2018, se enmendó la normativa y se reestructuró el Cpccs, nombrando al consejo presidido por Julio César Trujillo, que evaluó el desempeño de algunas autoridades y destituyó a quienes no cumplieron sus funciones (como algunos prófugos el ex contralor, el ex superintendente de comunicación entre otros).
Se amerita una inteligente y profunda reforma constitucional mediante referéndum como lo prevé el artículo 441 para que el estado tenga el suficiente equilibrio basado en los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo, y Judicial, como lo concibió Montesquieu, hoy mismo no se sabe qué mismo pasará con el nuevo CPCCS el CNE no sabe que hacer si anular o no estas elecciones debido a que hay una mayoría de votos nulos y blancos en fin la reforma debería ser la gran solución para que no se destruya la racionalidad jurídica, política, y administrativa del estado, para que en un futuro tengamos un poder Legislativo constituido por un número reducido de ciudadanos los más talentosos y todas las que les den solvencia para legislar y los partidos políticos deben colaborar presentando a gente proba, para no estar destituyendo a reinas de Guayaquil de Ambato, o a los que han llevado la bandera del movimiento o a los incondicionales del dueño del partido. (O)