El Ruido / Editorial
Entre los factores negativos que inciden, en forma directa, en la vida los seres humanos -inclusive de los animales- es el ruido proveniente de varias fuentes y que, por lo que se puede constatar a diario, es un mal sin remedio que crece en forma incontenible.
El ruido afecta a gente de la ciudad y de algunos sectores rurales por la presencia de cantinas convertidas en lugares bulliciosos, por discotecas, cabarets, prostíbulos que actúan con o sin permiso, sin horarios, sin elementales normas de higiene y los escándalos provocados por ebrios altaneros. Los pitos indiscriminados de los vehículos contribuyen a este ambiente que se vuelve insoportable.
En los últimos tiempos en que la libertad se ha convertido en libertinaje, en abusos, atropellos y toda clase de desmanes, el ruido se ha incrementado a límites insoportables que molestan a la gene que busca tranquilidad, principalmente, en las horas de la noche y de la madrugada que son los espacios de tiempo para el descanso.
Lamentablemente, las autoridades son muy condescendientes con los dueños de aquellas actividades, conceden permisos y autorizaciones al margen de la ley, sin respetar las 0rdenanzas municipales que contienen mínimos requisitos.
Es imperativo emprender en una campaña sostenida de educación, con cursos obligatorios en escuelas y colegios. Volver a tiempos pasados en que el civismo y la urbanidad enseñaban en los planteles educativos. Mucho hay que hacer para superar esta lacra social. (O)