Trasplantados apelan a las autoridades por medicina
Los trasplantes en el país son renales y hepáticos y las personas que se sometieron a esas cirugías requieren obligatoriamente la medicina inmunosupresora que es muy específica y no puede ser reemplazada por medicina genérica, explicó Alexandra Jaramillo Peña, presidenta de la Fundación pro Trasplante.
Debido a que en el país los recursos son escasos, el Gobierno decidió que la atención a este tipo de pacientes que usualmente eran en hospitales privados pasaran a los públicos vinculados al IESS; es decir, los pacientes hepáticos van al ‘Carlos Andrade Marín’ en Quito y en el hospital ‘Teodoro Maldonado’ en Guayaquil. Los enfermos renales son atendidos en el ‘Carlos Andrade Marín’, en el hospital ‘Eugenio Espejo’, entre otros.
A nivel nacional suman 350 trasplantados. En cada uno de ellos se invirtió entre 50 a 100 mil dólares por la cirugía ya que es de alto riesgo y muy compleja, porque recibieron órganos de personas que tuvieron muerte cerebral.
Los procedimientos quirúrgicos fueron exitosos y se les brinda a las personas una nueva oportunidad de vida, pero llama la atención que Estado no facilite la medicina apropiada para que este grupo humano se mantenga con vida y se busque adquirir medicina más económica que no reúne las condiciones que requieren los trasplantados.
Preocupa que la medicina inmunosupresora específica (Tacrolimus) para este grupo humano no esté dentro del cuadro básico de medicamentos.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es exponer dicho cuadro cada dos años, pero en el Ecuador se lo ha hecho a los seis años.
Debido a estas situaciones, los trasplantados han gestionado y obtuvieron el respaldo de la Defensoría del Pueblo de Tungurahua y de Pichincha, para que se llegue a las autoridades nacionales en la espera que se considere la necesidad de medicina específica para este grupo de atención prioritaria, agregó la presidenta. (I)
