Prendas de vestir también contaminan
Las empresas que venden ropa, solían incentivar a los consumidores a que las adquieran por colecciones que salían cada cierto tiempo, pero actualmente es cada semana. Existen personas que tienen armarios llenos de prendas, algunas de ellas ni las utilizan y son nuevas, otras están descocidas pero no las reparan porque resulta más barato comprar una nueva; mientras que otras desechan la ropa a la basura y contaminan a la naturaleza, explicó Arturo Luque, docente investigador PhD de la Universidad Tecnológica Indoamérica.
La calidad de las prendas ha bajado, porque hay personas que desean estar a la moda de manera permanente y ello ha generado que los productores ofrezcan el producto de manera más económica y emplean mano de obra barata, añadió el experto.
Existen prendas como los jeans que son muy tinturados y consumen en su elaboración mucha agua. Ese líquido riega los campos donde los agricultores cultivan y esos productos son consumidos por las familias que ignoran de dónde vienen los alimentos que consumen y los enferman.
Todo pasa por la conciencia, y las personas deben usar la ropa pero no comprar en demasía, para no contaminar el planeta de forma acelerada y darle otros usos a las prendas, como por ejemplo transformar una prenda en otra para darle mayor utilidad y no desecharla al ambiente, añadió el docente investigador.
El sector artesanal no produce a gran escala las prendas de vestir debido a la situación económica del país; además, los consumidores adquieren cuando tienen algún compromiso social o únicamente una vez al año. El sector artesanal no es contaminante como sí lo es quienes producen los jeans, cuyos lavados generan contaminación, sostuvo el presidente de la Junta Provincial del Artesano en Tungurahua, Carlos Herrera.
En este gremio están afiliados cinco mil artesanos de la provincia que mantienen a sus familias con esfuerzo. En octubre los artesanos visitarán la feria de los Samanes en Guayaquil y luego seguirán produciendo para abastecer la demanda de consumidores en noviembre por la época de finados y, finalmente en diciembre por Navidad y fin de año, añadió Herrera.
Entre agosto y septiembre los artesanos del sector textil y calzado trabajan incansablemente sobre todo con proyección a las ventas de diciembre, por ser esa la época del año en la que puede recuperarse de las dificultades económicas del año, explicó Carlos Herrera, presidente de la Junta Provincial del Artesano en Tungurahua. (I)