Grandes lecciones / Ec. Mg. Diego Proaño

Columnistas, Opinión


Una vez recuperada la paz, libertad, respeto, solidaridad, seguridad y democracia, es importante meditar sobre lo ocurrido en Ecuador durante los 12 días de paralizaciones protagonizadas en primera instancia por transportistas y posteriormente por indígenas. Que penoso escuchar entre familiares, amigos, compañeros, conciudadanos decir, de que bando eras, como si se tratara de pandillas, grupos irregulares o países en guerra. Qué triste escuchar es que ganaron los indígenas, gano el Presidente de la República, gano la Paz, gano la Democracia, cuando en honor a la verdad perdimos absolutamente todos, aquí no hubo ningún ganador.

Se perdieron vidas humanas (8 fallecidos según la Defensoría del Pueblo), 1.340 personas heridas en hospitales, 1.152 personas detenidas y varios de ellos con procesos judiciales, se perdió más de 2.800 millones de usd por las paralizaciones, negocios, empresas, fabricas, fincas cerradas, saqueadas, destruidas, amedrentadas, ciudades sin agua potable, sin señal de los medios de comunicación, 17´390.000 personas sin posibilidad de movilidad, ciudadanía sin seguridad, supermercados, micro mercados y tiendas desabastecidos, hospitales, clínicas y centros de salud sin medicamentos ni insumos médicos, pozos petroleros y entidades públicas atacados, propiedad privada dañada, ornatos y patrimonio de ciudades destruido, un país sin democracia, en caos, un estado de excepción, de emergencia, sin aplicación ni garantía para los ciudadanos, toques de queda. Absolutamente todos perdimos.

De esta amarga experiencia jamás vivida en Ecuador, no queda varias lecciones. La primera que valoremos más la libertad, la paz, la democracia, la dignidad, la solidaridad, el respeto, los concesos, el dialogo, parque ya salvemos lo que es perderlo. Segundo. Que no permitamos nos sometan a exigencias de parte y parte y veamos como algo ajeno a nuestros intereses, seamos entes proactivos en el desarrollo de nuestras localidades y a través de ellas del país. Tercero, la unidad y el dialogo nos llevaran a la prosperidad, porque solo unidos sacaremos adelante nuestro país.

Cuarto, veamos esta triste experiencia como el renacer de los ecuatorianos, como el punto de inflexión positivo, como el antídoto que necesitábamos para apostarle al Ecuador, a su gente a su producción, poniendo en marcha las ideas, la innovación, el emprendimiento, los proyectos en espera. Que de verdad nunca más permitamos llegar a estos extremos que vivimos con 12 días de terror y siempre unidos y en paz, luchemos contra los verdaderos enemigos, la pobreza, informalidad, desempleo, indigencia, corrupción, demagogia, politiquería. Que así sea. (O)


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