Biorritmo/ Kléver Silva Zaldumbide
Los ritmos son la base sobre la que se mueven y funcionan todos los fenómenos naturales, todo tiene una frecuencia a la cual oscila, y nuestro organismo no se encuentra exento de ello. La palabra biorritmo es simplemente un compuesto del término griego bios, vida, y rhythmos, que indica una cadencia regulada, acaecimiento de regular o periódica secuencia, para llevar más lejos un ejemplo, líricamente podemos decir, que la naturaleza es la compositora; el hombre, como ser humano, es el instrumento sobre el cual toca sus poesías la naturaleza. El hombre, como científico, es el oyente, que trata de apreciar, de sondear y comprender la elegancia simple y la belleza de la composición.
El psicólogo vienés Swoboda descubrió los ritmos biológicos del ser humano durante sus investigaciones entre 1897 y 1902. El análisis de estos «relojes biológicos», motivó un esfuerzo popular a fines del siglo pasado en países como Austria, Alemania, Francia, Suiza y Bélgica. Swoboda descubrió una periodicidad en fiebres, en el principio de una enfermedad, en ataques cardíacos y otros fenómenos. Su investigación concienzuda de la psicología y la periodicidad produjo evidencias convincentes de los ritmos de la vida. Al mismo tiempo, en Berlín, el Dr. Fliess acumulaba una vasta cantidad de material de investigación que confirmaba los ritmos de 23 y 28 días y que había observado mientras diagnosticaba a muchos de sus pacientes. En el decenio de 1920 el profesor y doctor en ingeniería Alfred Telscher recopiló un gran número de informes sobre el rendimiento de los estudiantes de segunda enseñanza y preparatoria en Innsbruck, concluyendo que los períodos de máximo y mínimo rendimiento de los estudiantes fluctuaban en un ciclo definido de 33 días. Desde entonces muchas otras investigaciones, libros y disertaciones se han producido sobre el tema.
Todos los seres humanos poseemos ritmo: ritmos anuales, mensuales, de semanas, de días, de horas, de minutos y hasta de segundos ejemplos de ello sería el ciclo menstrual de la mujer, las fases de sueño y vigilia, los latidos cardiacos o simplemente la frecuencia con que respiramos. Los niveles energéticos de nuestro organismo también fluctúan en aras del tiempo y estos cambios son perfectamente evidenciables en sus manifestaciones externas.
Nunca hay reposo absoluto o cesación de movimiento y esto se aplica a los ritmos internos del ser humano, es la oscilación rítmica que obra en el seno de los procesos mentales, emocionales y físicos. En la Acupuntura China está establecido y no nos cabe duda alguna que la energía circula constantemente por los meridianos energéticos, más aún que existen horarios donde ella fluye en mayor o menor poder por los mismos y esto es una manifestación del ritmo. El ritmo circadiano nos explica el recorrer incesante de la energía en los meridianos, con un intervalo de 2 horas, en las diferentes horas durante las 24 horas del día, aspecto este de gran importancia en el diagnóstico y la práctica terapéutica oriental. Por ejemplo, el flujo Pulmón – Intestino Grueso se encontrará en plenitud en el horario entre 5 y 7 de la madrugada, sin embargo, en el intervalo entre 5 y 7 de la tarde se encontrará en una fase de disminución energética en el mismo.
De ahí la importancia trascendental para restaurar cualquier alteración del flujo vía neuroestimulación transcutánea a través de la inserción de finísimas agujas de acero inoxidable y plata. (O)