La violencia no es solución a nada / P. Hugo Cisneros
Ciertamente que estamos viviendo un momento histórico muy singular porque está marcado, como «signo de los tiempos», por el imperio de la violencia. Los brotes de violencia que surgen a lo largo y ancho de nuestro mundo siempre tienen «sus justificativos»: unos aducen la lucha por el pueblo», otros el «cambio estructural», unos terceros lo hacen para renovar el estado actual de las cosas. Los jóvenes se sienten impulsados a la violencia como el medio más adecuado para la solución de los profundos problemas de nuestra época.
Ante ese fenómeno de nuestra época es bueno que todos los jóvenes, que son testigos importantes de las injusticias que se cometen; los jóvenes que son los protagonistas pasivos de las grandes diferencias sociales y económicas; los jóvenes que muerden la ira por la indifereneia de aquellos que pueden hacer «algo porl a situación», los jóvenes que ven que su triste presente es un mal presagio para su futuro; los jóvenes que constatan el gasto desmedido en armamentos, mientras el hambre sigue siendo uno de los graves problemas del mundo, estos jóvenes tienen que recordar muchas cosas sobre lo que es la violencia y deben descubrir las consecuencias graves a las que lleva.
Ante todo debemos ser capaces de descubrir no tanto las violencias que dominan al hombre como son la guerra, la «revolución”, sino descubrir las «otras violencias», las «violencias de cada día» y que muchas veces no sólo somos sujetos pasivos, sino inconscientes agentes de ella. Hay violencia en las oficinas, hay violencia en la casa, en el Colegio y que normalmente tienen como consecuencias graves la «despersonalización», la ruptura de las relaciones interpersonales, la rivalidad, el «aprovechamiento».
Hay que descubrir que existe violencias institucionalizadas cuando un sistema, cualquiera que él sea, esta basado en el poder y dominado por la ley del más fuerte y comete, en nombre de la ley la mayor injusticia. Esto produce desgraciadamente una mayor división social, una mayor separación de las llamadas «clases sociales», nuestro pueblo tiene para este tipo de violencia una expresión muy clara: «En nuestro país la justicia es para el de poncho..”.
Para poder catalogar algún hecho humano como “violento» es necesario que los jóvenes tengan como parámetro al propio hombre: todo lo que va contra del hombre, todo lo que lesiona sus derechos fundamentales es violencia por ello, creo que es bueno recordar las palabras de algún autor que algún día lo leí: «La violencia de los hombres contra los hombres es una forma de criminalidad».
Ante este fenómeno humano de nuestra actualidad, los jóvenes que con fuerza y originalidad deben buscar, con ayuda de los adultos, caminos de no violencia pues la historia nos demuestra que la violencia nunca ha traído la paz, a no ser la paz de los cementerios. La historia nos demuestra que la violencia, en el fondo, es una impotencia disimulada y que la violencia convierte a los hombres en monstruos capaces de cualquier inesperada e impensada atrocidad.–. (O)
Mensajes Juveniles