¿Es tan difícil entender? / Mario Fernando Barona
¿Por qué es tan difícil entender? La pandilla del Socialismo del Siglo XXI defiende y siempre ha defendido a corruptos, ladrones, pícaros y asesinos. Uno tras otro, los casos son interminables, aquí, en la región y el mundo. Donde haya socialismo habrá impunidad para el malhechor.
El último de los miles de ejemplos se da a propósito de la renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia. Lo defienden, señalando que ha sido víctima de un golpe de Estado. Pero cuando irrespetó la Constitución de su país que le prohibía volver a ser candidato por cuarta vez consecutiva a la presidencia de Bolivia, no dijeron nada, todo estaba bien; entonces convocó a consulta popular y el pueblo ratificó el texto constitucional, perdió, pero igual no dijeron nada; cuando haciendo caso omiso a esa decisión del Soberano, el Tribunal Constitucional de ese país aprueba la reelección indefinida con leguleyadas, todo perfecto, ni media palabra; y cuando finalmente, a las elecciones que se presenta Morales como candidato ilegítimo, queda evidenciado ante el mundo su monumental fraude, igual, todos los de la gavilla calladitos.
Qué sinvergüenzas. Así actúan, así han actuado y así lo seguirán haciendo porque ese es su único recurso: callar impunemente frente al atropello provocado por los suyos, y acusar, confundir y mentir para desacreditar al opositor.
Perdón la obviedad, pero hay que decirla. Cualquier presidente, de derecha o izquierda, de cualquier rincón del mundo, si ha perdido la confianza y autoridad de su ejército, lo ha perdido todo; y si por el contrario, la mantiene, aunque comprada como en Venezuela, este se sostendrá firme aún si el pueblo entero está en su contra.
Evo Morales cometió todos los errores de bulto antes mencionados -en realidad abusos e irrespetos sería lo más apropiado-, pero sobre todo su yerro mayor, como el de Correa, Lula y otros socialistas, gracias a Dios, fue no comprar oportunamente a las Fuerzas Armadas como lo hizo en su momento Chávez y lo continuó Maduro. Por eso es tan importante que los gobiernos de otras tendencias diferentes al socialismo hagan bien las cosas para que esa mafia política no retorne al poder, que si lo hace, es claro que ese error no lo dejarán pasar por alto otra vez, desde el primer día se encargarán de ello, y siendo así, el mejor espejo es Venezuela, donde la fuerza militar se ha politizado a niveles morbosamente groseros al punto de convertirse en alfombra de los caprichos socialistoides. ¿Es tan difícil entender? (O)