Nubes grises / Esteban Torres Cobo
Es difícil de entender lo que pasa en el país estos momentos. La polarización, en la mayoría de ámbitos, impide el diálogo y la construcción de alternativas. La ausencia de un gobierno, o el síndrome de que no se siente uno en funciones luego de que el penúltimo fue omnipresente y omnipoderoso, también nos descoloca.
Ese pequeño consenso que obtuvo el gobierno luego del viraje desde el correísmo más potente y abusivo se diluye cada día más. Quizás lo sostiene en el cargo, evitando el caos, pero no abre la cooperación directa.
Inician los desafíos directos a ese poder que no se asienta. Vuelve a la mesa la idea del Estado plurinacional que, en fondo y con su faceta más romántica, estaría completamente feliz con una pluriestatalidad autodeterminadora en muchas cosas, pero financiada desde las arcas de todos.
La percepción popular, sin embargo, no va por el orden, la austeridad o la verdad. Sigue por fuera de todas esas aristas y se aparca en el desorden y el desconocimiento a la autoridad y a la ley, hacia la continuación del gasto y hacia las medias verdades. Se siente huérfana cuando no hay show ni juegos pirotécnicos. Cuando faltan los jefasos y la mano dura.
¿Qué nos deparará el próximo año sino más letargo y sobrevivencia? ¿Más espera y aguante? ¿Se abrirá la esperanza nuevamente en el 2021, con alguna ilusión de cambio y mejora? Recemos desde ahora para que así sea. (O)