La Amazonía no es solo deforestación/ Juan Diego Valdivieso Rowland
El 12 de febrero pasado se conmemoró el Día de la Amazonía ecuatoriana. El motivo es el descubrimiento del río Amazonas por parte de Francisco de Orellana, el 12 de febrero de 1542. El expresidente de la República, Jaime Roldós, decretó esta conmemoración en 1979.
La Amazonía (a escala regional) es un bioma -conjunto de ecosistemas que forman una zona de mismo clima, flora y fauna- que contiene la selva tropical más grande y diversa del mundo. Ocupa más de 6,8 millones de km2 y es hogar de 33 millones de personas y de miles de especies animales y vegetales. Según un artículo de la BBC, titulado «La gran mentira verde: cómo la pérdida del Amazonas va mucho más allá de la deforestación” donde se relata que no solamente la deforestación es una de las mayores amenazas, sino la pérdida de las funciones vitales de la Amazonía, tales como la captura de CO2 (uno de los gases causantes del calentamiento global); funcionar como reservorio de agua y a la vez ser el refugio de una importante porción de la biodiversidad a escala global.
Entre las principales amenazas de la Amazonía están la expansión de la frontera agrícola y ganadera; la presencia de industrias extractivas como la petrolera, minera y maderera; la construcción de caminos; el aumento indiscriminado de actividades económicas y los incendios forestales.
Según el climatólogo Antonio Donato, “hablar únicamente de deforestación cuando nos referimos a la pérdida de la Amazonía es lo que llamo ‘la gran mentira verde’”. Manifiesta que la destrucción de la selva amazónica es mucho más grande que el 20% que se indica públicamente. El científico menciona que es necesario agregar las cifras de degradación de la Amazonía, ya que a pesar de que no se destruye toda la vegetación, las amenazas a la Amazonía hacen que el bosque tropical pierda sus funciones vitales. Con motivo del día de la Amazonía ecuatoriana, es imperativo recordar a las autoridades nacionales sobre la importancia de su conservación. (O)