Pandemia y responsabilidad social / Lic. Mario Mora Nieto

Columnistas, Opinión

“Si alguien heredaría la tierra no será precisamente el hombre”.

-Helstrom-

            Una sentencia que permanentemente nos repetía el Dr. Arturo Zambrano, profesor de Biología en la querida Universidad Central. Recalcaba el papel protagónico de los microorganismos patógenos en graves procesos infecciosos de la humanidad, en forma de virus o bacterias, bacilos o rickettsias; y pesar de su tamaño microscópico, que sólo se mide en millonésimas de milímetro, son capaces de producir terribles crisis sanitarias que se han manifestado en el planeta desde hace varios siglos.   

            Ciertas enfermedades han asolado el mundo constituyendo mortíferas pandemias provocadas por la penetración y el desarrollo de estos microorganismos patógenos en el cuerpo humano.

Estas enfermedades se les denominaba cuarentenarias por las cuarentenas a las que estaban sometidos, en otro tiempo, todos los barcos llegados de oriente (China, Japón, Corea, etc.), por el temor de una enfermedad respecto a la cual había que asegurarse que no estuviera escondida a bordo.

            Lamentablemente estos males que atemorizaban a nuestros antepasados no han desaparecido por completo.

            En la marina, la peste, el cólera, el tifus, la fiebre amarilla, la viruela y la fiebre recurrente siguen siendo objeto de medidas de aislamiento, antiguamente de cuarenta días, es variable según la enfermedad y está regulada por un reglamento internacional.

            En la primera que se piensa en este ámbito es la peste que fue la causa, hace dos siglos, 1720, de la dramática epidemia de Marsella (Italia) que en unas cuantas semanas mató más de 50.000 personas.

            En todos los casos estas pandemias han causado terror, sobre todo en Europa, por el recuerdo de las pandemias que la habían asolado desde el siglo VI, con intervalos más o menos regulares.

            El germen cuyo depósito primario está constituido por animales se transmite al hombre por factores específicos como es el caso de la peste que llega por medio de las pulgas de la rata negra o por su mordedura.

            Por ventaja, en 1894, Yersin, de la época de Pasteur, en Indochina, descubrió y logró asilar el bacilo patógeno de esta terrible enfermedad. El descubrimiento de las vacunas, la profilaxis de la peste y otros males (aislamiento, desinsectación y desinfección) han contribuido para que puedan aplicarse tratamientos preventivos y terapias adecuadas. Por otra parte, es necesario, indispensable la colaboración de las poblaciones en cuanto a acatar las disposiciones sanitarias oficiales con orden, disciplina y responsabilidad social. La conformación de un sentido de vida pleno de la mano con el sentido de pertenencia de este planeta que, así como van las cosas, “no será heredado por el hombre”. (O)    

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