Sociedad, educación superior y codit 19 / Washington Montaño
Nadie podría dudar en estos momentos, que la crisis sanitaria desatada por esta pandemia del Covit, ha removido las estructuras fundamentales de las sociedades. Ya está calificado el mundo como pre Covit, más conocido como “la normalidad” y post Covit como el cambio y vigencia del nuevo paradigma. Entre estas dos etapas está el presente experiencial, de lecciones aprendidas, cambios experimentados, vivencias dolorosas que impactaron para siempre en lo pedagógico, epistemológico, socio-político, económico y mucho más; esta profundidad de cambio ontológico, critica las formas educativas con las que el estado forma a sus ciudadanos en varias etapas de su vida, como la sentida separación del ser y su mundo, este antropocentrismo no hace más que primar las necesidades materiales de las personas sin que importe su conservación o protección en el derecho de las generaciones que vienen.
Desde el 11 de marzo en que la Organización mundial de la Salud (OMS), declaró la pandemia del COVIT19, algunos organismos que rigen la educación superior de varios países, tomaron medidas de prevención, tal es el caso de Argentina en donde el Ministerio de Educación de la Nación y el ENACOM (empresa nacional de comunicaciones) acuerdan el acceso gratuito a las plataformas educativas desde los celulares, las empresas Personal, Movistar y Claro, liberaron paquetes gratuitos, junto a Globant y Acamica que donaron cursos gratuitos para promover habilidades digitales en los estudiantes y docentes. En Bolivia, se extendieron plazos y se habilitaron bonos para el pago educativo superior; en Chile, el SES emitió instrucciones y definió el alcance de caso fortuito o fuerza mayor en la educación superior; en Colombia, se recomendó dar flexibilidad académica a las universidades; en Costa Rica, se decretó la educación virtual como “un salvavidas ante el impacto del coronavirus” Y en nuestro país, que las clases se continúan mediante aulas virtuales. (IESALC 19 de marzo) Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe.
La declaración está hecha, que sean las universidades las que apliquen la estrategia educativa más conveniente para que formación profesional continúe. Esto lo podrían ejecutar las del sector público, pero nunca de ponen a pensar qué pasará con las universidades privadas. Y es digno de mérito resaltar la posición firme de la Universidad Tecnológica Indoamérica que, con sus autoridades a la cabeza, demuestran su visión concreta del manejo de situaciones complejas, en lo económico, laboral y social, traducidas en acciones prácticas en favor de la comunidad universitaria.
Promover ayudas económicas, facilidades de pago, becas a los estudiantes, es un esfuerzo institucional loable. Que se promueva la capacitación constante en entornos virtuales a los docentes para entregar el servicio educativo apegados al nuevo esquema educativo, más la gestión con empresas de servicios de computación e internet para que provean a los docentes de los mejores equipos; que tengan una banda ancha que garantice calidad y eficiencia en su tarea laboral; nos deja como lectura, el elevado sentido de responsabilidad de sus directivos que en momentos de profunda crisis económica, priorizan lo social y educativo en beneficio de los estudiantes, docentes y administrativos.
El sentido de pertenencia a un conglomerado social es lo mueve el espíritu de estar juntos, de convivir, de sentirse parte de la institución. Las acciones que se planifican y se ejecutan en favor de todos, forjan en la mente y el corazón de los trabajadores, la gratitud para devolver con trabajo profesional, asumir el compromiso del cambio y lealtad con entrega profesional. Esta innegable transición social por la que atravesamos, pone sus ojos en la educación y en que hagan sus autoridades, en la Universidad mencionada hay un notable esfuerzo económico que debe ser reconocido; y, ese prestigio es bien ganado. (O)