Papito vuelve, tu trinchera, está vacía / Garibaldi Buenaño M.
Hoy, en algunas familias, más que sonrisas habrá lágrimas, soledad, silencio y un mirar al vacío, porque papá no está. Las circunstancias son distintas: las malas relaciones en familia o ahora el Covid- l9…. Por eso imagino a los hijos decirle: “Papito, no sabemos cuántos días han pasado desde que te fuiste de nuestro lado, sin decir una palabra, dar un beso, esbozar una sonrisa o hacer una caricia.”
No sabemos si tu ausencia es hasta luego, hasta pronto o hasta siempre. Sólo vemos al momento, que tu trinchera está vacía y que significamos nada para ti.
Quizá porque nunca abriste tu corazón para que entremos tu esposa –nuestra madre- y nosotros tus hijos. Porque sabes papi, cuando la esposa e hijos entran de verdad en el corazón del esposo y padre, permanecen unidos, irremediablemente unidos como la aurícula y el ventrículo, porque sólo así se hace unidad, sólo así se hace familia, sólo así hace corazón.
Nuestra madre ha tomado tu puesto, la trinchera que en tu huida abandonaste; ella débil y mujer ha empuñado doblemente las armas de la fe, del trabajo, del amor. Por eso, desde la tienda de nuestra adolescencia, nos damos cuenta que en toda familia en que está presente una madre hay siempre un rincón heroico que está segregado sólo para ella. Si bien es cierto que a veces se da el caso inverso….
Hoy que somos adolescentes necesitamos más de tu presencia, para que desde la atalaya de tu experiencia, hagas historia con nosotros, conduciéndonos desde la adolescencia hasta la juventud y desde la juventud hasta la edad adulta; pero hasta el momento nos fallaste…
No se es hijo ni padre a distancia, y tú no eres la excepción. Los padres auténticos no son los que van delante de los hijos, tampoco son los que están detrás de los hijos, mucho menos los que abandonan la trinchera como tú. Lo son los que caminan junto con su esposa y con sus hijos.
Hoy que es Día del Padre, como otras veces queríamos abrazarte, saludarte y felicitarte,… hemos experimentado la tristeza de saludar al vacío y vivir de recuerdos. En este día al menos baja de tu pedestal…; éste no se hizo para los padres, porque sus corazones deben latir al ritmo y al nivel del corazón de los hijos… sólo entonces hablamos el mismo idioma…
Papi, nunca es largo el camino que conduce de vuelta a casa…Pero si algún día resuelves regresar y la encuentras vacía… será porque Dios, dueño y señor de la vida, lo ha decidido así…Entonces, “no visites cementerios, no llenes tumbas con flores, no..: llena de amor corazones, en vida, papito, en vida…”
Nosotros te prometemos – donde quiera que te encuentres – que vamos a luchar para ganar la guerra al abandono, a la indiferencia, a la desilusión y a la amargura; porque hay que vivir para ser algo, aunque ese “algo” sea solamente vivir, pero como Dios manda, papi.
Felices aquellos hijos a quienes en este día su padre mirando a los ojos, con alma y corazón enchidos de alegría pueda decirles: Gracias. Los amo mucho; gasto mi vida para verles triunfadores y felices; porque la vida feliz, “no es de los que se sublevan, de los que huyen y alimentan un falso orgullo”; está reservada para los pacíficos, para los leales y sinceros, para los optimistas y para los hombres, HOMBRES, con mayúsculas.
Estamos convencidos que Dios está siempre de lado de los débiles, de los inocentes, de los ignorados por falsos revolucionarios, de los que sufren y tienen el corazón despedazado; El está para eso: para arreglar corazones partidos, siempre que nosotros le entreguemos todos los pedazos.
Que pases un día feliz – te deseamos de corazón – donde quiera que te encuentres… Y no nos cansaremos de decirte: Papito vuelve, tu trinchera está vacía,…*** . (O)
8 Julio 20l2***B.