“Pedimos a Dios que no nos pase nada”
Se han acostumbrado. Aunque eso no quiere decir que no se sientan abrumados. Pese a que su trabajo es tratar de cerca con los muertos, nunca les ha resultado tan estremecedor decirles a los familiares que no pueden darle el último adiós como se merecen sus deudos. No pueden verlos, solo deben resignarse con observar la hoja INEC que lleva el fallecido donde se detalla la identidad, causa de muerte y el número de celular de los familiares.
El cuerpo sale embalado desde el sitio donde muere y los funerarios son testigos en primera línea del dolor de las decenas de familias que han perdido a un ser querido en esta época de pandemia.
“No podemos quebrarnos. Sí nos afecta ver tanto dolor en las personas, pero debemos ser fuertes porque al momento de prestar nuestro servicio, también tratamos de dar palabras de consuelo a los familiares”, mencionó Yeison Villarroel, quien sus 18 años de edad ha buscado fortaleza para mantenerse en su trabajo.
Tiene seis meses laborando en Funeraria Alvarado. “Al momento de comenzar la pandemia me dio miedo por la situación que vivía el país en especial Guayaquil, pero a medida que iba pasando el tiempo me fui acostumbrando al trabajo. Pero es muy duro como a diario se mueren muchas personas. Solo nuestra funeraria, en un día hemos sacado siete cuerpos”, dijo el joven de nacionalidad venezolana.
Israel Coca trabaja en la Funeraria Resurrección, manifestó que entre los compañeros tratan de darse ánimos porque ha habido días en que se han levantado hasta 50 muertos diarios en la provincia, dijo. “La cifra si es alarmante porque en Tungurahua, antes de la pandemia, se manejaban cifras de muertos de 15 al mes. Ahora la gente muere a diario. La sociedad debe darse cuenta que estamos viviendo momentos duros, con esta pandemia que da miedo”, expresó.
Quienes trabajan en las funerarias toman todas las medidas de bioseguridad. Incluso fueron capacitados en el Hospital Docente sobre los protocolos que deben seguir.
Yeison e Israel aseguraron que por cada cadáver deben utilizar tres trajes de bioseguridad, tres pares de guantes, botas de caucho y mascarillas reforzadas. Con cada cuerpo la Policía Nacional los resguarda bien al cementerio o al crematorio. Israel comentó que los muertos en su mayoría son por COVID-19 o sospecha y la edad oscila entre 40 hasta de la tercera edad. “Nosotros siempre pedimos a Dios que no nos pase nada porque para trabajar en una funeraria y en esta época se debe tener mucho amor al oficio”, agregaron. (I)