Estadio Vacío…/ Andrea Manjarrez Ocaña
La afición futbolística ha movido masas a lo largo de la historia, un encuentro deportivo unía a tanta gente, mirar sus rostros irradiantes de emoción describía la magia y pasión que aborda el fútbol, hombres, mujeres, niños, jóvenes, adultos, ancianos, sin importar la edad, genero, creencia o clase social; todos han portado de generación tras generación los colores ecuatorianos de diferentes plantillas para apoyar a los once jugadores de su equipo favorito dar todo en la cancha, horas de práctica, años de experiencia, estrategias antes estudiadas y planificadas, sin dudarlo es un arduo trabajo el que realiza el equipo y sus colaboradores para recibir el agradecimiento de millones de habitantes de un país. Sin importar responsabilidad alguna, grupos de amigos se reunían, contentos y anhelantes del triunfo, para gritar desde el fondo del alma “goool”, aquel que hace vibrar a centenares de ciudadanos, que se escuchaba prácticamente hasta en el rincón más inhóspito.
Con el fútbol se olvidan rencores, se liman asperezas se deja atrás cualquier ideología política, simplemente es el famoso rey de los deportes, que no todos entendemos ni conocemos a fondo, pero que por noventa minutos que dura un partido se convierte en el tema de experticia de una masa, frases como ¡Arbitro injusto!, ¡nos robaron el penal!, se escuchaban antes en vivo y en directo, acompañada de términos no muy educados que denotaban la indignación ante quien tomo una posición contra ponente a nuestro equipo; ahora todo ello es un recuerdo, es momento de vivir esta pasión desde nuestros hogares, lugares de trabajo, dispositivo móvil o desde el corazón, mientras dure esta extraña realidad las gradas aclaman con los recuerdos de corazones hinchas; ya llegará el momento de volver mientras tanto nuestra presencia emocional se queda ahí latente en un Estadio Vacío. (O)