Se turnan para estudiar
Calgua Grande se encuentra a 40 minutos de Ambato, es una de las zonas altas que lindera con las parroquias Atahualpa y Martínez. Aquí algunos niños no estudian y los que sí lo han logrado, es porque sus padres han tenido hasta que endeudarse para contratar operadoras de Internet, porque la señal no llega nítida y los niños deben buscar las mejores esquinas dentro y fuera del hogar para no perder el hilo de la clase.
Quienes reciben clases lo hacen en los celulares de sus padres, porque sí hubo para mejorar el Internet, no alcanzó para comprar una computadora. Es el caso de la familia Pilapanta que habitan a dos cuadras donde antes funcionaba la escuela de la comunidad y a la que sus cinco niños dejaron de visitar desde finales de marzo que empezó la emergencia sanitaria en el país.
Camilo, cabeza de hogar, mencionó que el anterior período lectivo sus hijos buscaban los centros de cómputo porque la conexión de sus celulares era pésima. En este nuevo año lectivo, sacrificó sus últimos ahorros e invirtió más de 70 dólares para que le instalen un mejor servicio.
Ahora el problema es que se quedó sin trabajo y no sabe cómo costeará los 25 dólares mensuales del Internet.
Jessica es la hija mayor y contó que solo tienen dos celulares para estudiar los cinco. “No hay para comprar computadoras y más aún que nuestro padre está desempleado”, comentó la adolescente.
Muy cerca de ellos viven cinco niños de la familia Quinatoa, que por más ganas, no podrán estudiar. En la casa solo tienen un celular, pero no los llamados inteligentes (smartphone) peor acceso a internet y computadoras. Ellos estaban acostumbrados ir a la escuela de manera presencial. El acceso a la tecnología es inalcanzable aunque tengan muchas ganas de estudiar. (I)