Deporte y más deporte/ Esteban Torres Cobo
Ya no solo es Richard Carapaz. Ahora ya son dos los ciclistas de élite que ganan etapas en Europa. Ya son dos que emocionan y seguramente muchos más que se unirán a los mejores del mundo.
Qué importante es el deporte para un país como el nuestro. Lo subestimamos y solo cuando una selección joven y aguerrida le gana a Uruguay o cuando los ciclistas nos tienen pegados al televisor lo recordamos. Pedimos más apoyo. Más dinero para los semilleros y los programas estatales que fomentan el deporte. Sentimos que podemos hacer más y llegar al cielo.
Ahora bien, sin un Estado que se proponga como meta nacional generar los mejores deportistas y ganar medallas en el exterior o que, en su defecto, no tenga recursos para hacerlo, también está el sector privado. Independiente del Valle es el mejor ejemplo de que los privados lo hacen muy bien cuando se lo proponen. La búsqueda de la gloria no es patrimonio único de un gobierno, lo es de todos en el deporte. El éxito économico también es el gran motor del éxito deportivo, y con mucha razón. ¿Cómo no soñar con un futuro más cómodo para la familia y para uno mismo?
Varias ideas sobre cómo podemos mejorar lo que hoy tenemos. Hace poco se expidió un reglamento que motiva el apoyo al deporte a través de incentivos tributarios. Eso se tiene profundizar. Más incentivos y menos obstáculos para patrocinar a deportistas. Otra idea: entender que el deporte puede ser un negocio legítimo.
Los equipos de fútbol pueden cotizar en bolsa y pueden ser compañías, como en Chile, Inglaterra o Estados Unidos. Los equipos de ciclismo también, así como los de baloncesto. Becas y programas de alto rendimiento no se deben quedar atrás. ¿Cuánto le costaría establecer a un gobierno y programa efectivo de becas en colegios y universidades ecuatorianas a deportistas, o incluso en centros en el exterior? No más de 20 o 30 millones al año. Ínfimo para toda la cantidad de dinero que se gasta en otras cosas. (O)