Cuy con sabrosa tradición gastronómica
El cuy es el delicioso alimento milenario que por generaciones ha sido uno de los más sabrosos y nutritivos que ha estado presente en la nutición y gastronomía. Con el pasar del tiempo, este sabroso cobayo ha sido preparado de varias maneras, ya sea en locro, frito, asado, ceviche, en pizza y todo lo que la imaginación humana con orientación gastronómica pueda ofrecer a los paladares más exigentes.
En nuestro medio es muy apetecido el cuy asado, especialmente al carbón acompañado por papas; incluso existen restaurantes donde se ha convertido en el punto obligado de encuentro de las familias para degustar de esta ancestral preparación, siendo uno de ellos por ejemplo, en Ambato el sector de Ficoa; así como, en la parroquia Atahualpa y Martínez.
Según el presidente del GAD Parroquial de Atahualpa, Santiago Lozada, en esta parroquia el cuy es uno de los favoritos, sin dejar de lado el conejo y gallinas también. Recuerda que este tipo de gastronomía empezó hace 40 años con la madre de todos los hijos pertenecientes a la Familia Mayorga, quienes con el pasar de los años se colocarían restaurantes personales y se conservaría esta sabrosa tradición incluso con los nietos. Los fines de semana por lo general es la afluencia de quienes degustan estas delicias.
Laura Portero es residente del sector San Luis en la parroquia Martínez, y comentó que ella en su propiedad cría a los cuyes y lo hace porque la carne es muy sabrosa; además, es nutritiva. Los cría de manera natural y los alimenta especialmente con la alfalfa que siembra y corta. Aprendió a preparar este alimento de la manera en que le enseñaron sus antecesores y prefiere continuar con esa tradición. Respeta a quienes emplean el balanceado para alimentar a los cuyes, pero ella prefiere evitarlo y sólo los cría con alimento natural que en su terreno siembra de manera orgánica, ya que así, asegura la salud de toda su familia.
Su hija, Laura Portero, es ingeniera agrónoma, e indicó que el cuy (Cavia porcellus), es considerado en muchos países como mascota; mientras que, en algunas latitudes, ha servido para experimentar nuevas medicinas y alimentos. Lo cierto, dijo, es que los saberes ancestrales prevalecen, ya que los abuelos y vizabuelos recomendaron la ingesta de este cobayo como un reconstituyente natural para fortalecer el organismo y darle mayor fuerza y energía a las personas con anemia, decaimiento o aquellas que se recuperan de algún tipo de enfermedad. A más de ser delicioso, es una de las maneras más naturales de alimentarse bien toda la familia, ya que un ejemplar grande pueden satisfacer los paladares de todo el núcleo familiar. (I)