Fondos del Malecón se destinan a viáticos / Pedro Reino Garcés
Seis mil pesos para el diputado Olmedo a Cádiz. 1810
La resolución de que Olmedo fuera designado diputado a las Cortes de Cádiz, salió de la elección que hicieran varias autoridades coloniales porteñas: en el “Muy Ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento: don Bartolomé Cucalón y Villamayor, Brigadier de los reales ejércitos, Gobernador Militar y Político de esta plaza y subdelegado de Real Hacienda; don Vicente Rocafuerte y don francisco Javier Paredes, Alcaldes Ordinarios;… ” Esto ocurrió en una sesión realizada el 11 de septiembre de 1810. Se trataba de elegir un diputado, según disposición de 14 de febrero de 1810. Para tomar esta resolución, “oyeron los señores concurrentes la misa del Espíritu Santo en la iglesia del Convento de San Agustín, y ocupando en esta sala capitular sus lugares respectivos…” el Gobernador entregó al Regidor un oficio enviado por el virrey del Perú, de fecha 7 de agosto, que contenía la petición de realizar la referida designación, no sin antes elogiar a “nuestro deseado Monarca el señor don Fernando VII que manda y gobierna los vastos dominios de la Monarquía Española”. Esta es una demostración de que Guayaquil no estaba dependiendo del virreinato de Nueva Granada.
Viajar a España como diputado debió haber generado inusitada expectativa y gran favor al elegido, puesto que a más de la representación, iban con todos los gastos pagados, a pesar de la crisis económica en la que se debatía la administración pública. Según se puede leer, cada integrante de esta junta electora tenía la opción de votar por tres candidatos. Finalmente, los resultados fueron: “8 votos al señor Alférez Real Dr. Dn. José Joaquín Pareja; con 10 el Dr. Dn. José Joaquín de Olmedo; con 6 votos el Dr. Dn. Miguel Moreno;…” Según relata el escribano, finalmente los nombres de Joaquín de Olmedo junto a los finalistas “entraron estos al cántaro, en tres distintas cédulas, y llamándose a un niño, se le previno que sacase una sola, y verificándole así a presencia de todos los señores y de mí el escribano que doy fe, salió la que estaba escrito el nombre del Dr. Dn. José Joaquín de Olmedo…”. Es decir, ganó por el azar, parece.
El acta dice que fueron a llamarlo a Olmedo a que se posesionara del cargo. “luego se trató de proporcionar el dinero…para su ayuda de costa de gastos de su viaje, navegaciones y arribada hasta su llegada a la Isla de Mallorca, según y como lo previene el real decreto citado igualmente, que la segura contribución de seis pesos fuertes al día para su subsistencia en España; y, considerando no deber exponérsele a contingencias en circunstancias del estado de cosas en la península, unánimemente se acordó el que aquí se pongan, desde luego, seis mil pesos fuertes a disposición del enunciado señor Diputado para que se los lleve consigo con el objeto de que se costee su entrada a dicha Isla de Mallorca o en donde Su Majestad disponga posteriormente, y que del sobrante líquido pueda tomar y gastar los seis pesos fuertes diarios con que debe subsistir en España, mientras que instruyendo oportunamente su inversión y consumo tome el Cabildo sus providencias de sucesivas remesas.”
Pero ocurre que el Cabildo de Guayaquil, hizo una sesión el 9 de octubre de 1810 en la cual se despreció la comunicación hecha desde Quito por el Conde Ruiz de Castilla, Presidente de Quito, que les pedía subordinación. “Asimismo, se recibió un oficio de don Martín de Icaza, en que participa a este Cabildo hallarse en su poder 4.191 pesos 7 y un cuartillo reales de descuento de la tercera parte del derecho de avería aplicada a la obra del Malecón que hizo por disposición del Tribunal del Consulado de Cartagena, desde 28 de abril de 1802 hasta el 4 del mismo mes de 1804 Y se decretó …tomarla sobre sus Propios con calidad de reintegro, para habilitar el viaje del Diputado de Cortes,… (Rocafuerte: Su vida pública en el Ecuador, volumen XIII, Edición del Gobierno del Ecuador, Quito, 1947, págs. 6 a 20). En fin, la herencia colonial y sus manejos nos persiguen.