Malos ejemplos / Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión



Es bastante obvio que en nuestro paso por la vida (cundida de virtudes y defectos) debemos procurar constituirnos en ciudadanos ejemplares, no por el simple hecho de parecer simpáticos, sino por aportar con nuestro granito de arena para un mundo mejor. Y, claro, este principio de conducta es aún más determinante en personajes públicos que, por serlo, son referentes de miles de personas, sobre todo niños y jóvenes.

En este sentido, hay tres hechos ocurridos la semana pasada que vale la pena revisarlos. La muerte de Diego Maradona, la destitución de María Paula Romo y el sobreseimiento a la exjueza Collantes.

En el primer caso, por más que sus hinchas relativicen su condición, jamás una habilidad o talento, siendo incluso sobresaliente, será más que una virtud, por lo tanto, de nada sirve que haya sido un buen pateador de pelota si con la misma vehemencia se convirtió en el más desastroso ejemplo de vida personal a la que algunos, con enfermizo fanatismo, endiosan y ejemplifican. De Maradona, su mayor y único legado para la humanidad debería ser usarlo como ejemplo de todo lo que NO hay que hacer para caer tan bajo. Por eso, si con esta lógica existen fanáticos que idolatran a un “drogadicto – perdedor”, no debería sorprendernos que por acá algunos hagan lo mismo con delincuentes condenados y prófugos. Con Maradona por meter un gol (con la mano), con Correa por hacer carreteras (con sobreprecio).

Con la destitución de la exministra Romo, ¿Qué podemos esperar de sus interpelantes miembros de una AN con el 2% de credibilidad y la mitad de ellos investigados por corrupción? ¿Qué probidad, qué autoridad moral, qué ejemplo tienen para fiscalizar? Además, se parecen tanto (y lo digo sin exagerar ni con el ánimo de ofender) que en el Pleno o durante una entrevista algunos legisladores tienen el mismo nivel de análisis y argumentación que Maradona cuando respondía con un “eeeeeee” desesperantemente vacuo. Esos legisladores son el ejemplo vivo de la mediocridad, ineptitud, cinismo y corrupción encarnadas.

Declararon inocente a la exjueza Lorena Collantes, famosa por un video viralizado en redes en el que se evidencia que ‘fuera de sí’, comete el delito de atacar verbalmente a la policía y resistirse al arresto. Otro mal ejemplo de conducta inapropiada de una funcionaria que con sobrada arrogancia llegó incluso a amenazar de muerte a los agentes policiales. Por otro lado, el pésimo ejemplo de la justicia ecuatoriana que suma otro fallo ruin y canalla a su larga lista de sentencias prostituidas.

En los tres casos, los malos ejemplos provocan vergüenza ajena y asco.

¿Queremos acabar con la corrupción? Empecemos siendo ejemplares. (O)

mariofernandobarona@gmail.com

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