El pueblo de Nurandaluguaburabara. 1542 / Pedro Reino Garcés

Columnistas, Opinión



¿Sería que copió bien el nombre haciendo deletrear al indio que le servía de guía? ¿Le preguntaría si  Nurandaluguaburabara era el nombre del indio mandón o el nombre del pueblo a donde iban llegando, o el nombre de la región? ¿Será una sola palabra lo que el indio pronunciaba, o será que ha escrito de oídas?, porque cuando se habla, nadie lo hace palabra por palabra, sino en una sola cadena fónica. ¿Qué querría decir Estijodelavalienterazamericana que me ha dicho que quiere  quizá confundirme diciendo dos cosas, o el nombre del cacique o el nombre de la población?: “estábamos en tierra muy poblada y de un señor que se llamaba Nurandaluguaburabara”.

“En comenzando a caminar, como dicho tengo, dende a un rato descubrimos un brazo de un río no muy grande, por el cual vimos salir dos escuadrones de piraguas con muy gran grita y alarido, y cada uno de estos escuadrones se fue a los bergantines, y comenzaron a nos ofender y pelear como perros encarnizados; y si no fuera por las baranderas que se habían hecho atrás, saliéramos de esta escaramuza bien diezmados; pero con esta defensa y con el daño que nuestros ballesteros y arcabuceros les hacían fuimos parte, con el ayuda de Nuestro Señor, para nos defender… estábamos en tierra muy poblada y de un señor que se llamaba Nurandaluguaburabara”. Esto, próximos a la desembocadura del Amazonas.

Así nos ha dejado escrito Fray Gaspar de Carvajal en su crónica en la que relata el llamado Descubrimiento del río Amazonas. La pregunta que nos hacemos es ¿Fue prolijo Carvajal en ir apuntando topónimos y antropónimos conforme iba adelantando el viaje? ¿Tuvo un solo informante de principio a fin de la travesía? Del propio relato, al parecer, operaron con indígenas amazónicos a quienes los iban secuestrando en su “camino”, aplicando su condición y práctica de piratería; es decir, asaltando y saqueando poblados en donde podían salir triunfantes e ilesos; y evitando los poblados más grandes que ponían resistencia y en donde podían salir perdiendo.

Se descarta que los indios llevados de la zona andina les hayan servido de “traductores”, puesto que ni unos ni otros empleaban los códigos lingüísticos que requiere el caso. Pero, cuidado con ponerse a pensar que a lo largo de semejante viaje, los pueblos hayan tenido una sola lengua amazónica supuestamente hablada a las orillas de los ríos por donde van los expedicionarios. Solo en la actual cabecera de los afluentes del referido Amazonas, es decir, en la zona colombo-ecuatoriana, todavía subsisten etnias que tienen lenguas y dialectos distintos. Carvajal seguramente apuntó las palabras de varios informantes. Con esto podemos afirmar que  no sabemos su filiación idiomática. Está de otro lado en tela de duda la veracidad del informante y la prolijidad del oyente o escribiente.

Descartamos la buena voluntad de Carvajal de convertir a Orellana en un ilustre entendido en filología aborigen, como lo hace aparecer en su crónica. Si la revisamos, entabla “diálogos” con diversos jefes de tribus. Nos hace creer Carvajal que su adulado Capitán era un experto en lenguas y dialectos de la selva. Importa en esta parte recalcar que el padre Carvajal escribió su crónica para que Orellana se defendiera de las represalias legales que iban a resultar por los subsiguientes enfrentamientos con Gonzalo Pizarro que quedó en el abandono. Además, el relato iba a servir, conforme sirvieron lo de otros cronistas, para que en España se fundamentaran las recompensas a tan insignes “adelantados” y descubridores. Las recompensas tenían que ver con reconocimientos burocráticos y con la entrega de territorios e indios para su explotación. ¿A qué lengua pertenecerá la palabra Nurandaluguaburabara? ¿Ya la pueden pronunciar? (O)

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