Reflexiones post electorales / Andrés Jaramillo Torres
Un sector importante de la población ecuatoriana rechaza la opresión, el engaño, la pobreza, el hambre, la miseria, la corrupción, la desdolarización, el autoritarismo, la persecución política, y por ello hay segunda vuelta presidencial. El pueblo ecuatoriano se rehúsa, una vez más, a caer en manos de sujetos que pretenden instaurar permanentemente un modelo político fracasado en la región latinoamericana. Los ecuatorianos sabemos que Cuba, Venezuela, Bolivia, Argentina, que son los referentes candidato Arauz, están lejos de ser naciones prósperas, y que votar por dicho sujeto nos llevará por el mismo camino.
El cronograma socialista en el Ecuador será frenado, porque el pueblo no está dispuesto a entregar el país a un grupo de oportunistas. Castro, Chávez, Maduro, Kirchner, se aprovecharon de personas vulnerables, con necesidades económicas, para proyectar una imagen de “salvadores”, bajo promesa de hacerse cargo de ellos y ayudarlos a salir de la pobreza. Pero la gestión presidencial de estos líderes nos conducen a una ineludible conclusión, esa promesa de prosperidad y progreso es irrealizable bajo un modelo socialista.
Gran parte de los ecuatorianos nos opusimos con firmeza, y nos volveremos a oponer en segunda vuelta, a votar por un candidato que pretenderá destruir los fundamentos económicos y democráticos del país, bajo aquellas ideas auspiciadas por los promotores del Foro de Sao Paulo. Los daños institucionales y socio-económicos que ha vivido el Ecuador durante la última década todavía son reversibles. Impediremos que el Ecuador se convierta en una nación sin economía de mercado, sin propiedad privada, sin separación de poderes y sin libertades, que son los pilares elementales para construir una sociedad próspera.
El Ecuador ha dado un paso contundente en rechazo de un proyecto presidencial contrario a las libertades, y que pretende desestabilizar aún más al país en el plano económico-social. La voluntad del pueblo, impedirá que nuevamente se instaure un régimen de corte autoritaria y pondrá fin al socialismo del siglo XXI en el país. La mayoría de los ecuatorianos no se dejarán engañar por las falsas promesas de quienes propugnan ideas que sistemáticamente han llevado a la miseria a varias naciones latinoamericanas. Conscientes de que Venezuela, Bolivia y Cuba, no son modelos a seguir, un sector importante, y ojalá mayoritario, de los ecuatorianos ratificarán su rechazo al correísmo en la segunda vuelta presidencial. (O)